La CNMV rechaza la contabilidad de Pescanova y estudia sancionar a Sousa
El supervisor considera que los datos no cumplen "los estándares de contabilidad exigibles" Confía la investigación en profundidad a KPMG, el auditor ‘forense’ de la empresa
Pescanova no ha convencido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. El organismo tardó casi 24 horas en decidir que la información que le envió la empresa el lunes, tras dos ultimátum y un mes y medio después de confesar su grave situación económica, no se ajusta a los estándares de contabilidad. No aclara su balance de 2012 ni la deuda que ha estado ocultando. Los procedimientos sancionadores, anunció el supervisor, “seguirán su curso”, aunque no especificó qué castigo pesará sobre el presidente, Manuel Fernández de Sousa o sus administradores.
“La CNMV considera que la información remitida por Pescanova en respuesta a los requerimientos formulados a la entidad no ha sido elaborada de acuerdo con los estándares de contabilidad exigibles y, por tanto, no se ajusta a lo requerido”, concluía el organismo presidido por Elvira Rodríguez, que ha decidido dejar en manos del auditor forense la investigación sobre los datos reales de la empresa. Será por tanto KPMG, firma contratada por la propia empresa, la que se encargue de revisar a fondo todos los cajones de la multinacional, “con el objeto de conocer de forma continua los resultados de las comprobaciones en relación con la situación patrimonial de la empresa”, concretó la CNMV en su comunicado. La Ley del Mercado de Valores permite al organismo “autorizar a auditores o expertos a llevar a cabo verificaciones o investigaciones”.
Las sanciones dependerán de las infracciones que la CNMV considere que ha cometido la empresa. En el peor de los casos, si le atribuye una falta muy grave, la multa pasa por tener que pagar la mayor de estas cantidades: “el quíntuplo del beneficio bruto obtenido como consecuencia de los actos u omisiones en que consista la infracción; el 5% de los recursos propios de la entidad infractora, el 5% de los fondos totales, propios o ajenos, utilizados en la infracción, o 600.000 euros”.
Situación de incertidumbre
La cuestión de fondo es que tras un mes y medio de absoluta incertidumbre después de que Pescanova, aparentemente solvente, anunciara su preconcurso de acreedores, todavía no hay cifras de los desmanes sobre la mesa. Fuentes financieras aseguran que la cifra de pasivo que la compañía ha apuntado al supervisor bursátil se acerca a los 3.000 millones, es decir, el doble de lo que aseguraba tener en septiembre de 2012.
Lo que Pescanova ha enviado a la CNMV es, según fuentes cercanas a la empresa, una contabilidad fair value, es decir, aproximada. No ha remitido al regulador un balance ajustado a las normas internacionales de contabilidad, como debería haber hecho.
La deuda podría superar los 3.000 millones, según fuentes financieras
Los 46 bancos acreedores, mientras, siguen haciendo cuentas. Debían provisionar ya el 25% de lo que prestaron a la pesquera y temen que el Banco de España les exija incluso aumentar las provisiones, ante la incertidumbre que está rodeando al concurso de acreedores. Los bancos, que durante el periodo de preconcurso habían formado un núcleo duro de seis entidades para que representaran a todo el grupo, ahora tienen estrategias individuales. Algunos ya exigen la salida fulminante de Fernández de Sousa de la dirección.
Golpe a la imagen de España
Para las entidades, ya no se trata de reestructurar la deuda, sino de recuperar el dinero. Los bancos extranjeros, señalan fuentes financieras, “no se pueden creer lo que ha ocurrido” porque al tratarse de una compañía cotizada, pensaban que estaban más protegidos. “La CNMV está teniendo una paciencia increíble”, lamentan en el sector. Las entidades españolas atrapadas en la deuda de la pesquera, además, advierten de que la imagen de España está quedando dañada. “Transmite poca seriedad que incluso en empresas con supervisión constante ocurran estas cosas”, lamentan fuentes del sector.
El daño de las mentiras de Pescanova no es baladí, teniendo en cuenta que la compañía forma parte del Foro de Marcas Renombradas de España. La página web de este organismo público-privado, vinculado al Ministerio de Economía, se hace eco del carácter internacional de la compañía, presente en más de 20 países.
La compañía sigue aferrándose a su estrategia anterior al concurso de acreedores: vender activos para aliviar su compleja situación de liquidez. Sin embargo, conforme las noticias sobre sus problemas financieros cruzan más fronteras, parece más difícil que consiga un precio atractivo por ellos. HSBC ha reclamado la declaración de quiebra para Pesca Chile, filial de Pescanova y propietaria de las granjas de salmones en el país, según informó el periódico chileno Diario Financiero. Si la reclamación de la entidad financiera llegara a buen término se bloquearían los activos de Pesca Chile, para que un administrador decidiera cómo gestionarlos. Entre ellos está el negocio de producción y distribución de salmón que Pescanova ya puso a la venta en 2012 sin éxito, pese a la oferta de Marine Harvest, y que además trató de sacar a Bolsa. El objetivo de Pescanova era recaudar unos 250 millones de dólares (190 millones de euros) con la operación. La compañía defiende que parte del atractivo de la instalación es que en su producción de salmón no se ha detectado un virus que sí azota a los peces de otros criaderos del país.
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