Artistas muy rentables
C2+i impulsa la innovación económica mediante la cooperación arte-empresa
“Hay que pasar de impulsar los sectores creativos a que toda la economía sea creativa”, dice Roberto Gómez de la Iglesia, el responsable de C2+i, Cultura, Comunicación e Innovación, grupo que ejerce de celestina entre empresas y artistas, es uno de los ponentes que ha participado en la primera edición de Zinc Shower, la feria de presentación e inversión en industrias culturales que esta semana se ha celebrado en el centro cultural Matadero de Madrid.
La última iniciativa del grupo coordinado por De la Iglesia es Conexiones Improbables, un proyecto que pretende mejorar las dinámicas productivas de empresas de todo tipo introduciendo un elemento que inyecte diversidad, que abra las organizaciones a nuevos puntos de vista. El elemento en cuestión es un artista. “El resultado final no es una obra de arte, lo importante es el proceso creativo”, matiza.
En Conexiones Improbables han participado empresas como Fagor y Orbea, pero también pequeños comercios como perfumerías o panaderías. Precisamente en este último tipo de negocios, C2+i desarrolló uno de sus proyectos el año pasado. Artepan, una empresa de Vitoria que lleva 28 años siendo pionera e innovadora en el ámbito de la panadería y pastelería artesanal, accedió a colaborar con Alexandre Bettler, que estudió diseño gráfico en ECAL (Lausanne) y Reino Unido (Royal College of Art, Londres) y que desde 2005 ha desarrollado el concepto de los “talleres de pan”.
En Conexiones Improbables han participado empresas como Fagor y Orbea
El resultado de estas colaboraciones hace repensar el negocio y sus resultados no pueden preverse. “El reto cambia después de abrirse a nuevos puntos de vista, cuando sus protagonistas se dan cuenta de que hay posibilidades nuevas. La innovación es exploratoria e impredecible”, explica De la Iglesia, que considera un error básico pretender que en la presentación de un proyecto de innovación se tengan que incluir los objetivos a perseguir, “si innovamos no podemos conocer nuestro destino final”, afirma.
Ante la persistencia de la crisis, muchas compañías están optando por salvar los muebles y capear el temporal hasta que el horizonte vuelva a ser propicio para repetir lo de siempre.
Un error que a juicio del líder de C2+i es comprensible, pero que está cambiando. “En uno de los vídeos de nuestra iniciativa, en el proyecto con Fagor, los propios directivos afirmaron que hay que hacer lo que no se ha hecho nunca, porque lo de siempre no funciona”.
Para lograr ir un paso más allá hay que introducir otro elemento, la diversidad. “En muchas empresas te encuentras con que todos sus miembros son ingenieros, han estudiado en el mismo lugar, tienen la misma cultura empresarial, leen lo mismo... la incorporación de diversidad es mínima”, sostiene De la Iglesia, que identifica la diversidad cultural como un factor fundamental para alcanzar el éxito económico.
Una riqueza que ayude a superar estereotipos que impiden crear nuevos productos, oportunidades. “Los artistas son profesionales, hay que olvidar el estereotipo del bohemio caótico, son investigadores”.
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