Anastasiadis rechaza haber ayudado a familiares a sacar dinero del país
El presidente de Chipre exige que se investigue cualquier indicio de evasión de capitales Una lista vincula a su consuegro con la retirada de varios millones justo antes del corralito
Las sospechas de uso de información privilegiada para favorecer intereses familiares persiguen desde hace dos días al presidente de Chipre, Nikos Anastasiadis. Una lista con datos de 132 compañías y particulares que presuntamente sacaron de la isla 700 millones entre el 1 y el 15 de marzo se ha convertido en un dolor de cabeza para el mandatario, pues en ella figura, con una retirada de 21 millones —algunas fuentes hablan de 80—, la empresa de su consuegro.
Anastasiadis desmintió este lunes cualquier trato de favor. “Ni tenía información privilegiada ni me habría resultado posible utilizarla justo cuando estaba luchando con todas mis fuerzas para impedir que nos impusieran lo que nos han impuesto”, dijo en referencia al primer rescate del Eurogrupo, el 15 de marzo, rechazado luego por el Parlamento. Pero parece que esos registros existen, y muestran transferencias a dos entidades de Londres desde cuentas del Laiki Bank por parte de la empresa Loutsios&Sons, dedicada entre otras cosas a la importación de automóviles, entre el 12 y el 13 de marzo pasados.
El órdago lo dio el domingo el diario Jarafyí, órgano del partido comunista AKEL, pero no es esta la única lista dudosa que circula por Chipre. Un día antes, el diario griego Ethnos —vehículo habitual de filtraciones de la troika— informaba de la existencia de cierto número de políticos, empresarios y sindicalistas a los que los tres principales bancos del país, el Laiki Bank, el Banco de Chipre y el Hellenic Bank, habrían condonado deudas o concedido créditos con condiciones preferenciales. En la lista de beneficiarios hay representantes de todos los partidos, incluido el de Anastasiadis o el comunista; solo se salvan el socialdemócrata EDEK y los ecologistas. Uno de los casos más chocantes es un crédito de 5,8 millones a un político sin identificar que la entidad concesionaria, el Banco de Chipre, preveía eliminar de sus libros en 2014.
Para probar su inocencia, el presidente chipriota remitió a los maledicentes a la comisión de investigación que hoy tomará posesión y que, en un plazo de tres meses prorrogable a seis, escrutará el funcionamiento de los bancos entre 2006 y 2013 y, en especial, los movimientos sospechosos de capitales en vísperas del corralito. El banco central informó el jueves de que los ahorradores de otros países de la eurozona retiraron el 18% de sus depósitos de la isla solo en febrero, cuando ya se presumía la quita.
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