El Dow Jones recupera los niveles previos al estallido de la crisis financiera
El índice de referencia en la Bolsa de Nueva York arranca en 14.166 puntos El parqué rebasa el récord que ostentaba desde el 9 de octubre de 2007 Existen dudas sobre el efecto de los estímulos de la Fed en el mercado
La herida de la crisis financiera está curada en Wall Street. El Dow Jones, índice de referencia del parqué neoyorquino, se recuperó de las pérdidas que sufrió tras el estallido de la burbuja de la deuda y ahora ha batido su récord histórico. Cerró la jornada del martes en los 14.253 puntos, un 0,9% por encima del lunes. Un repunte que sin embargo contrasta con la situación de la economía real, que sufre de una profunda anemia que le impide crear empleo con más vigor y reducir el déficit.
El Dow Jones llevaba tanteando el nivel de los 14.164 dólares desde hace un par de semanas. Ese era el máximo histórico con el que cerró el 9 de octubre de 2007. Dos días después, marcó el récord de cotización en la jornada en los 14.198 puntos. Nada más comenzar la sesión del martes, el índice rebasó los dos niveles de una vez y la remontada se consolidó con una lectura positiva del dato de actividad en el sector servicios de febrero en EE UU.
Llegar hasta este nivel no fue fácil, y en gran medida Wall Street se lo debe a la política monetaria ultralaxa de la Reserva Federal. El Dow Jones perdió un 54% de su valor entre octubre de 2007 y marzo de 2009, cuando la bautizada como la Gran Recesión llegó a su punto álgido. El rebote coincidió con el resultado de las primeras pruebas de estrés a la gran banca de Wall Street. Para entonces, la Reserva Federal (Fed) ya tenía la máquina de hacer dinero funcionando y los tipos estancados desde hacía más de un año cerca del 0%.
Lo que tardó 18 meses en derrumbarse llevó justo cuatro años recuperarlo, no exentos de volatilidad. El segundo gran impulso a los mercados llegó en agosto de 2010, cuando el presidente de la Fed, Ben Bernanke, anticipó que habría una segunda ronda de compra de bonos justo cuando afloraba la crisis de la deuda soberana en Europa. La remontada estuvo en riesgo un año después, cuando Standard & Poor’s retiró la máxima nota de solvencia a EE UU por el atolladero fiscal, junto a los problemas económicos en Europa.
El último impulso de la Fed llegó a final del año pasado, con una tercera ronda de compra de activos que consolidó el repunte, con un 9% de incremento en el arranque de 2013. En cifras, el Dow Jones duplicó el valor desde la primavera de 2009. El Nasdaq y el S&P 500 siguieron la misma progresión y también están en zona de máximos. Entre tanto, el beneficio de las compañías que participan en el índice de Standard & Poor’s mejoraron un 130% sus beneficios.
La suerte desigual de las empresas
Aunque en los mercados se acogen estos niveles psicológicos con gran entusiasmo, no quiere decir que los 30 integrantes del Dow Jones hayan seguido la misma suerte. La gran ganadora del repunte es IBM, con una capitalización bursátil un 88% mayor que antes del desplome. Le siguen McDonalds, con el 38%, y HomeDepot, con el 36% de apreciación. En la otra cara de la moneda está Bank of America, que vale un 40% menos que en octubre de 2007. En el caso de HP es un 32% menos y un 31% en el de Alcoa.
Y la pregunta que ronda entre los analistas es si no se está yendo de nuevo demasiado lejos, sobre todo al ver los vaivenes que sufrieron los mercados durante la última década. La situación ahora no es como en el otoño de 2007, cuando el mercado inmobiliario mostraba los primeros síntomas de agotamiento y el riesgo apuntaba a la baja en los mercados de futuros. Pero el repunte de Wall Street no se corresponde tampoco con un crecimiento estancado en EE UU y una tasa de paro próxima al 8%.
La gran ganadora es IBM, con una capitalización un 88% mayor
El mercado inmobiliario, el epicentro de la crisis, muestra ahora signos de estabilización aunque los precios siguen un 30% por debajo del récord. El Dow Jones tampoco tiene la misma composición que la última vez que tocó cima. Ahora lo integran Cisco Systems, Chevron, UnitedHealth, Travelers y Bank of America, que han tomado el lugar de American International Group, General Motors, Honeywell, Altria y Citigroup.
Lo que está por ver es qué pasará con los mercados cuando la Reserva Federal empiece a desmontar la masiva estructura de estímulos monetarios a la economía, con la venta de activos de deuda y el alza de tipos de interés. El banco central de EE UU está comprando desde diciembre bonos del Tesoro e hipotecarios a un ritmo de 85.000 millones de dólares al mes. El precio del dinero sigue entre el 0% y el 0,25% desde diciembre de 2008.
A corto plazo, siguen los estímulos
De momento, las palabras de la vicepresidenta de la Fed, Janet Yellen, siguen dando apoyo a los inversores. Como hizo la semana pasada Ben Bernanke, dejó claro que a corto plazo la Fed no tiene intención de rebajar la intensidad del estímulo. En este momento son mayoría los miembros que apoyan esta estrategia. La crisis fiscal en EE UU y la incertidumbre en Europa atada de manos a la Fed. Pero también es cierto que hay integrantes en el banco central que hacen más vocal su oposición, por el miedo a las consecuencias.
Aunque el Dow Jones haya eclipsado el récord de otoño de 2007, los inversores en general tuvieron un retorno cero en los últimos cinco años y medio. La valoración se hace aún más realista si lo que se toma como referencia es el estallido de la burbuja tecnológica en el arranque del nuevo siglo. De hecho, el rendimiento bursátil de la última década de los índices de referencia de Wall Street está por debajo del de la secuencia histórica del índice.
La Reserva Federal lleva tres billones inyectados en la economía
La percepción del repunte dependerá, por tanto, del momento en el que se haya entrado en el juego. Por eso no se descarta tampoco una corrección del índice si los inversores que apostaron por la recuperación deciden ahora recoger beneficios al considerar que los fundamentales no se corresponden con el entusiasmo reinante en el parqué. Los tres billones de dólares inyectados por la Reserva Federal podrían estar distorsionando la imagen y eso se ve en la sensibilidad que sufren los mercados.
La negociación entre demócratas y republicanos con la Casa Blanca para solucionar el entuerto fiscal podría provocar a partir de ahora que Wall Street vaya en uno u otro sentido. Hasta ahora los mercados parecían haber ignorado el circo político en Washington. Pero el impacto de los recortes automáticos en el gasto que acaban de entrar en vigor, junto al alza de impuestos, puede eventualmente tener un efecto en el Dow Jones y otros índices. La deuda de EE UU equivale al 100% del PIB, frente al 65% en octubre de 2007. Entonces se crecía al 3%.
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