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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El paro, el primer problema nacional

Si la economía no crece, todo lo demás serán paños calientes que servirán de poco

Ya vamos teniendo información relevante de cómo ha iniciado la economía española 2013. Los indicadores más madrugadores, por lo que se refiere a la “economía real”, han sido los de afiliados a la Seguridad Social y parados registrados, junto a los indicadores cualitativos, como los de confianza y PMI. Como es lógico, la coyuntura no cambia radicalmente de un mes a otro, así que podemos pensar que el año se ha iniciado más o menos como acabó 2012. Lo que sí empieza a observarse es que el ritmo de deterioro, o de caída, se estabiliza e incluso los indicadores de confianza y expectativas muestran un cambio de tendencia al alza, aunque en niveles aún muy bajos.

Los datos de afiliados son los más significativos y los de mayor calidad. En enero disminuyeron en algo más de 263.000, que se quedarían en unos 52.000 en términos desestacionalizados. Esta última cifra es ligeramente menor que la media de los tres meses anteriores. La serie depurada de empleados del hogar y de cuidadores no profesionales (colectivos que han registrado modificaciones derivadas de cambios normativos que sesgan la comparabilidad con los meses anteriores) fue acelerando su caída hasta alcanzar una tasa anualizada del 4,8% en noviembre, pero esta tasa se estabilizó en diciembre y enero. Por algo se empieza. La mejora relativa más notoria se ve en los afiliados del sector de la construcción, que a mediados del pasado año venía disminuyendo a un ritmo anualizado del 18% y ahora lo hace al 13%.

Fuentes: M. de Empleo, INE y Funcas. Gráficos elaborados por A. Laborda.
Fuentes: M. de Empleo, INE y Funcas. Gráficos elaborados por A. Laborda.EL PAÍS

Los demandantes de empleo que las oficinas públicas contabilizan como parados (paro registrado) aumentaron en enero en 132.000. Es una cifra bastante inferior a la del mismo mes de 2012, que además se convierte en ligeramente negativa al desestacionalizarla. Esto último ya ocurrió, y en una magnitud mucho mayor, en diciembre, lo que aparentemente podría indicar que empieza a disminuir el paro (al margen de la estacionalidad). Pero esta primera impresión no es real, ya que no es coherente con otros datos de mayor calidad estadística, como la evolución de los afiliados a la Seguridad Social comentada o de los ocupados según la EPA. Según estas dos estadísticas, el empleo sigue disminuyendo a un fuerte ritmo, con lo que el paro solo podría disminuir si la población activa lo hiciera aún más. Ciertamente, la EPA muestra que la población activa está disminuyendo, pero a un ritmo muy inferior al de empleo. Algo les pasa a los datos del paro registrado que, no ahora sino desde que se iniciara la crisis, muestran una desviación creciente con los de la EPA. Antes de 2005 también se daba este fenómeno, pero en ese año se produjeron cambios en la metodología de la estimación del paro registrado que provocaron que este pasara a ser incluso superior al de la EPA hasta 2008. Desde entonces, el paro registrado se ha ido quedando rezagado, hasta situarse a una distancia de más de un millón respecto al de la EPA. Más de la mitad de esta diferencia se concentra en el colectivo de extranjeros y otro buen pellizco se explica porque el paro registrado no incluye a colectivos como los trabajadores agrícolas acogidos al Programa de Fomento del Empleo Agrario (Profea, antiguo PER) o los que cursan estudios.

El ritmo de deterioro se estabiliza y los indicadores de confianza muestran un cambio de tendencia al alza

En todo caso, cualquiera de las dos cifras de paro es escandalosamente insostenible. Nuestras autoridades y las europeas se muestran muy preocupadas por el problema, cuya solución de verdad pasa por la recuperación del crecimiento de la economía. Podemos darles algunas ideas para adelantar el momento de dicha recuperación. Por ejemplo, que el BCE intervenga de una vez en los mercados para lograr que baje la prima de riesgo y fluya el crédito que necesitan las empresas y familias. Por ejemplo, que se tome un buen pellizco de los 60.000 millones que han sobrado de la línea de ayuda financiera para sanear y recapitalizar los bancos y se implementen con ellos planes y medidas de estímulo y de mejora de las políticas activas de empleo, de la formación profesional o de los programas de I+D. Por ejemplo, que nuestro Gobierno lleve a cabo cuanto antes todas las reformas anunciadas para potenciar el crecimiento de la economía. Si la economía no crece, todo lo demás serán paños calientes que servirán de poco.

Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).

La industria sigue hundida

Otro dato relevante publicado en la semana última ha sido el Índice de Producción Industrial (IPI) de diciembre. En términos desestacionalizados, la producción fue ligeramente mayor que la de noviembre, aunque en este mes había disminuido más de un 2%. A lo largo del año, es decir, entre diciembre de 2011 y diciembre de 2012, la caída alcanza el 6,9%. El conjunto del cuarto trimestre fue notablemente peor que el tercero, ya que el ritmo de caída trimestral anualizada se aceleró del 1,4% al 8,4%. Algo de este deterioro se debió al efecto adelanto y posterior corrección que introdujo la subida del IVA en septiembre. Tomando medias anuales, en 2012 el IPI disminuyó mucho más que en 2011, un 6% y 1,4%, respectivamente. Todos los subsectores, excepto el de refino de petróleo, registraron caídas, superando los dos dígitos porcentuales los de la madera, artes gráficas, productos metálicos, productos informáticos y electrónicos, vehículos de motor, otro material de transporte y muebles.

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