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Bruselas y el FROB estudian que el banco malo financie a los que compren sus pisos

El objetivo es mitigar la ventaja que tienen las entidades para vender sus inmuebles Los bancos y antiguas cajas dan mejores condiciones a las viviendas que tienen en cartera

La Comisión Europea y el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), dependiente del Banco de España, estudian fórmulas para que la Sociedad de gestión de activos procedentes de la reestructuración (Sareb) pueda conceder financiación a los interesados en adquirir los inmuebles que tenga en cartera, según han informado en fuentes financieras.

De este modo se intentaría mitigar la ventaja con que cuenta la banca sana a la hora de comercializar sus activos inmobiliarios, dado que puede financiarlos en condiciones ventajosas.

Pese a que la Sareb es conocida como el banco malo, ya que aglutinará los activos tóxicos de las entidades financieras nacionalizadas (Bankia, CatalunyaCaixa, Novagalicia Banco y Banco de Valencia), se trata de una sociedad que no tiene por objeto desarrollar actividad bancaria alguna y que actuará como mera liquidadora de dichos activos, para lo que cuenta con un plazo de 15 años. Al final de este periodo confía en alcanzar una rentabilidad del 15%, aunque no descarta pérdidas en una primera fase de su actividad.

Tanto desde Bruselas como desde el Banco de España son conscientes de que los bancos que no han requerido ayudas públicas para cubrir sus déficits de capital van a intentar vender sus activos inmobiliarios más rápido que la Sareb, y cuentan con una sustancial ventaja para hacerlo: su capacidad de financiarlos en condiciones ventajosas.

Por ello, trabajan en fórmulas para que la Sareb pueda prestar también financiación a los inversores interesados en sus activos. Una de las ideas sobre la mesa es que sean los propios bancos del grupo 1 —según la metodología de Oliver Wyman—, los mismos que deben transferir sus activos tóxicos a la Sareb, quienes financien a potenciales interesados la compra de activos.

Otra alternativa es que sean los bancos del grupo cero, aquellos que no presentaban déficit de capital y, por tanto, no han requerido ayudas públicas (Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell, Kutxabank, Bankinter y Unicaja) los que se encarguen de financiar las ventas de inmuebles, suelo y carteras de crédito promotor de la Sareb a potenciales inversores en unas condiciones quizá no tan favorables, pero que sigan resultando ventajosas. Con este fin, se han entablado negociaciones con estas entidades para explorar esta vía.

La banca nacionalizada debe sumar su esfuerzo comercial al que despliegue el equipo de la Sareb —capitaneado por Belén Romana— para intentar vender los activos que traspase a la sociedad a cambio de una comisión, y dispondrá de una buena palanca para ello, como es su red de oficinas.

En cualquier caso, desde Bruselas y el FROB se pretende establecer un marco de incentivos adecuado para que estas entidades gestionen de forma activa y coloquen en el mercado con una rentabilidad razonable dichos activos.

La banca nacionalizada deberá transferir sus activos tóxicos vinculados al ladrillo antes de que finalice este año. El FROB estima que en total estas entidades traspasarán al banco malo un volumen de activos por importe de unos 45.000 millones. Este tamaño de la Sareb se elevaría en una segunda ronda de traspasos en 2013, cuando la banca del grupo 2 (las entidades que no pueden cubrir sus déficits de capital por sus propios medios) hará lo propio, si bien nunca superará el techo de 90.000 millones.

Las grandes entidades españolas cuentan con filiales inmobiliarias específicas con las que se pretende ofrecer una atención más especializada y facilitar la venta de sus activos vinculados al ladrillo. Santander desarrolla esta actividad a través de Altamira, mientras BBVA la gestiona mediante Anida.

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