Otra salida en falso de la crisis
El Gobierno retoma la teoría de los brotes verdes, cuando los expertos prevén más paro y recesión Rajoy espera un 2013 mejor; los servicios de estudios creen que será igual o peor que este año
“Creo de verdad que ahora podemos decir que estamos saliendo de la crisis”. No son las declaraciones con las que la ministra de Empleo, Fátima Báñez (PP), abrió la semana -“Estamos saliendo de la crisis, ya hay señales esperanzadoras”-, pero se parecen como dos gotas de agua. La primera frase, la otra gota, la dejó caer hace dos años Elena Salgado, entonces vicepresidenta económica. El Gobierno socialista se esforzaba en ver en la economía española brotes verdes, una metáfora que hizo fortuna. Y que, al poco tiempo quedó marcada por la realidad, contra la que chocó de bruces: la crisis no se fue, sino que se hizo fuerte. ¿Hay ahora brotes verdes? La mayoría de indicadores económicos, y de las interpretaciones de los expertos, responden lo mismo: no. Aun así, el Gobierno del PP ha optado por poner el foco en un puñado de estadísticas para dar otra bienvenida prematura a la recuperación.
Báñez entonó su canto al optimismo apenas dos días después de que se desvelara que la tasa de paro había superado el 25% de la población activa, un contraste obvio y amargo. El propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se encargó de afirmar el mensaje. “2013 será mejor que el año que acaba”, zanjó el miércoles en el Congreso, tras dar fe de una retahíla de estadísticas favorables, de “cosas positivas”. Y el ministro de Economía, Luis de Guindos, remató: “Ésta será la historia de la recuperación de la economía española en los próximos trimestres”.
El problema es que ya los principales datos de este trimestre dirán todo lo contrario, según el vaticinio unánime de los expertos: la recesión ganará en intensidad, y el desempleo volverá a aumentar. “Los indicadores de consumo privado y el ajuste del gasto público pendiente nos dicen que la caída del PIB será mayor en el último trimestre”, explica María Jesús Fernández, de la Fundación de Cajas de Ahorros. “Nuestra previsión es que llegaremos a los seis millones de parados a final de año”, añade Sara Baliña, de Analistas Financieros Internacionales.
En verano, el PIB bajó menos de lo previsto por el adelanto de compras para sortear el IVA
A las primeras de cambio, el empeño del Ejecutivo del PP de dar un vuelco a las expectativas —la psicología colectiva como punto de arranque de la recupera-ción—, amenaza con echar por tierra su credibilidad, el pecado capital que cometió la anterior Administración socialista.
El optimismo del Gobierno sobre lo que vendrá -un futuro próximo que liga al resultado de sus reformas-, se basa en que el PIB este año va a caer menos de lo previsto por el Ejecutivo (-1,5%), analistas privados y organismos internacionales. Y en que el retroceso de la economía en el tercer trimestre habría sido (el dato es provisional) más atenuado que en el trimestre anterior (-0,3% frente a -0,4%). Pero ambas cosas tienen mucho que ver con el efecto transitorio de una medida tomada por Rajoy en julio: el adelanto de compras para sortear la subida del IVA, en vigor desde septiembre, que mantuvo a flote el consumo privado.
“El índice de ventas del comercio de septiembre [registró la mayor caída de la crisis] muestra que la tendencia del consumo privado es claramente a la baja”, matiza Sara Baliña, quien recalca que las rentas familiares pasan por el peor momento de los últimos años. “La tasa de ahorro de los hogares está en niveles mínimos porque no hay dinero que gastar”, añade.
"Llegaremos a los seis millones de parados a final de año", vaticina una analista de AFI
La mayoría de los pronósticos sobre lo que iba a ocurrir con el PIB este año pecaron de pesimistas porque creyeron a pies juntillas el plan del Gobierno para reducir al déficit (primero al 5,3% del PIB, luego Bruselas permitió dejarlo en el 6,3%). “Es posible que el consumo público no se esté recortando en la medida que habíamos previsto, eso retrasará parte del ajuste a 2013, y también los efectos sobre el resto de la economía”, explica María Jesús Fernández. De hecho, esa es una de las claves que ha llevado a que los analistas privados proyecten un retroceso del PIB el próximo ejercicio (de promedio, un -1,5%) igual o mayor al de este ejercicio.
“Nos acercamos a un precipicio fiscal, el escenario está lleno de niebla y el conductor del autobús lleva las luces de posición”, advierte José Carlos Díez. El economista jefe de Intermoney coincide con el Gobierno en que el comportamiento del sector exterior -la balanza por cuenta corriente arrojó en agosto su mejor resultado desde 1998- es una gran noticia. Pero el recorte del desequilibrio exterior es una constante desde 2008, la principal fuente de crecimiento en la comparación anual en esta crisis. Y eso mismo revela que es una condición necesaria, pero no suficiente, para la recuperación. Sobre todo, si en el saldo pesa tanto el aumento de las exportaciones (y del turismo) como la caída de las importaciones, sinónimo de demanda interna deprimida.
“En 2009 y 2010, las exportaciones llegaron a crecer un 20% anual, ahora un 7%”, apunta Díez sobre los años en los que el Gobierno socialista cultivaba la teoría de los brotes verdes. Una etapa en la que los países del G-20 concertaron el mayor esfuerzo de estímulo público a la economía desde la posguerra; ahora el mandato es la austeridad a toda costa.
Los indicadores adelantados descartan un próximo repunte de la actividad privada
La tregua que han dado los mercados a España en las últimas semanas es otro punto de apoyo recurrente en el nuevo discurso de Rajoy. Desde que el Banco Central Europeo (BCE) anunció que respaldaría una petición de rescate con la compra ilimitada de bonos, la prima de riesgo de la deuda pública española ha bajado de los 645 a los 400 puntos básicos. El Tesoro ya ha cubierto los vencimientos de deuda hasta final de año y las grandes empresas han podido volver a emitir bonos. La mejora en las condiciones de financiación -no para pymes y familias, para las que el crédito sigue racionado- es consecuencia de que los inversores anticipan que habrá un rescate. El doble salto mortal de Rajoy (o la estratagema en la negociación con los socios europeos) es considerar que será la propia economía española -el recorte del déficit, la recuperación- la que acabará justificando el visto bueno de los mercados. “No es imprescindible en este momento”, dijo el miércoles sobre la opción del rescate.
El Gobierno ha visto brotes verdes incluso en el empleo, pese a que la última Encuesta de Población Activa reveló que el tercer trimestre fue el más destructivo para el trabajo fijo de toda la crisis. El Ejecutivo se refugia en que en los meses centrales del año se han perdido bastantes menos empleos en el sector privado -en paralelo, la destrucción de trabajo ha golpeado con fuerza en la Administración-. El problema, de nuevo, es que la inmensa mayoría de indicadores adelantados en los que se fijan los expertos -encuestas de confianza, utilización de la capacidad industrial, consumo de cemento, venta de vehículos- descartan un repunte sostenido de la actividad privada en los próximos meses, cuando no cuentan justo lo contrario.
Lo mismo ocurre con el empleo temporal o el número de horas por trabajador, primeros indicios de que los empresarios anticipan más negocio. Y allí donde el Gobierno ve una señal de iniciativa empresarial -65.000 personas más declararon trabajar por cuenta propia-, los expertos advierten de la posibilidad de que, en esta coyuntura, sea un indicio de que muchos parados se pasan a la economía sumergida para ganarse la vida.
A principios de 2010, cuando el PIB volvió a reflejar un mínimo (y efímero crecimiento), Rajoy, en la oposición, contrarrestó el optimismo socialista con un argumento en el que coinciden expertos y ciudadanos de a pie: “El debate no es si crecemos una décima o no, si hay brotes verdes. No habrá recuperación sin creación de empleo. Ese es el termómetro real”. Los analistas que toman ahora la temperatura a la economía española anticipan que la tasa de paro superará el 26%, que habrá más de seis millones de desempleados. Y que la creación de empleo se retrasa, otra vez, hasta 2014.
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