“No podemos competir en costes, pero sí en innovación”

La industria farmacéutica no tiene miedo ni de los recortes ni de la competencia genérica. Dave Ricks (EE UU, 1967), vicepresidente de Lilly, una de las 10 mayores compañías del sector en el mundo, está convencido de que esta batalla solo se pueda ganar a través de la innovación. Su empresa, con sede en Indianápolis, celebra 136 años de actividad con una consolidada experiencia en investigación, en la que destaca el papel pionero del centro especializado en química médica de Alcobendas (Madrid). Su plantilla —más de 38.000 empleados en el mundo— tiene un ambicioso reto por delante: encontrar una cura para el alzhéimer.

Pregunta. Tras el crecimiento del 3% en 2011 y una facturación de unos 19.000 millones de euros, ¿cuáles son las previsiones para este año?

Respuesta. Este es un año importante al ser el primero después de que caducara la patente de nuestro principal fármaco en Europa y EE UU (Zyprexa, para trastornos mentales). Esperamos una caída generalizada en las ventas, pero estamos preparados. Centraremos nuestra actividad en tres áreas: mercados emergentes, salud animal y Japón. Hemos puesto en marcha un programa de desarrollo de nuevos medicamentos para lanzarlos al mercado en 2014, un año clave en el que perderemos la licencia de otros productos importantes.

P. ¿Los ajustes de presupuesto son una solución para estas pérdidas?

R. No son una solución, sino más bien una necesidad. La industria farmacéutica se fundamenta en la innovación, en asumir riesgos e invertir en nuevos medicamentos. No podemos competir en costes, competimos en innovación. Para ser más eficientes tenemos que cuidar cada detalle, exactamente lo que tiene que hacer España en estos momentos. Establecemos prioridades, con objetivos claros, lo que nos permite ser más flexibles.

P. ¿Es así como hacen frente a la competencia genérica?

“Tenemos 12 productos

R. El modelo de negocio es muy distinto. El nuestro se basa en I+D; el otro, en hacer copias más baratas de nuestra innovación. No tenemos interés en competir con ellos. Lo que nos interesa es poner al servicio del paciente los últimos avances. En este momento contamos con 12 productos que se encuentran en la última fase de desarrollo.

P. ¿Qué aprendió en su anterior cargo al frente de la filial china?

R. China es un país clave en nuestra estrategia de desarrollo en los mercados emergentes, sobre todo por su creciente población. El PIB per capita también se incrementa rápidamente, y el gasto en salud sube de manera exponencial. El Gobierno invierte cantidades de dinero cada vez mayores en la creación de un servicio sanitario moderno y eficiente. Las enfermedades en este país cambian muy rápidamente y se acercan a las de Europa y EE UU —como diabetes, cáncer y desórdenes mentales—, las que mejor conocemos y que podemos curar.

P. ¿Por qué van a centrarse en Japón?

R. Es un país rico en el que la población se reduce y envejece. Ha decidido invertir en un sistema de salud inclusivo, moderno y de calidad. Es muy eficiente, pese a que solo disponga de inversiones inferiores al 3% del PIB. Japón solo quiere lo mejor en innovación.

P. ¿Cómo ha progresado el sector de salud animal?

R. Hemos registrado un crecimiento constante. La demanda de carne aumenta en el mundo, en la medida en que la población crece. Desde nuestros laboratorios ofrecemos herramientas para la cría de animales, gracias a la tecnología. Hemos adquirido algunas empresas que nos han ayudado a crecer. Vamos a explorar nuevas áreas, como alimentación y cuidado de mascotas.

P. ¿Están estudiando alianzas con nuevas empresas?

R. Estamos constantemente buscando nuevos acuerdos y pequeñas adquisiciones. No nos interesan las grandes compras, que entrañan un alto coste. Apostamos por nuevas tecnologías y productos, buscamos la colaboración de instituciones académicas y queremos que los conocimientos fluyan en un sistema de red. No queremos controlarlo todo.

P. ¿Cómo afectará a su negocio en EE UU los ajustes en el Sistema Nacional de Salud y la Administración de Alimentos y Medicamentos?

R. Los recortes tendrán un impacto a largo plazo, pero no ahora. El gasto general en salud de EE UU tampoco se verá mermado por ahora, pero depende del contexto económico y tenemos que estar muy pendientes de eventuales cambios.

P. ¿Qué opina de la reforma sanitaria del presidente Barack Obama?

R. Hay partes del programa que nuestra empresa ha apoyado y otras que nos convencen menos. Estamos de acuerdo con un sistema más inclusivo (45 millones de estadounidenses en este momento no disponen de cobertura). Desde un punto de vista empresarial, un buen sistema sanitario consume más medicamentos. Pero hay aspectos de este cambio que nos preocupan. No queremos que sea la burocracia quien decida qué medicamentos se puedan o no tomar. Un mercado libre aumenta la eficiencia y reduce costes.

“Los recortes no son una solución, sino

P. ¿Cómo está afectando la crisis a su negocio en España?

R. Entendemos que el país esté pasando por una etapa difícil y tenga que recortar gastos, pero el impacto va a notarse a largo plazo. Nuestro ciclo de mercado es muy prolongado. Desde que se empieza la investigación hasta que se lanza el producto al mercado pueden transcurrir hasta 10 años. A la hora de hacer ajustes habría que preguntarse cómo será la situación dentro de una década.

P. ¿Reducirá el consumo de medicamentos el sistema de copago introducido en España?

R. Quizá a corto plazo. Es una medida nueva para España, aunque se aplique en todo el mundo. Aquí es moderado en comparación con otros países. Creo que es necesario.

P. ¿Qué opina de la exclusión de los inmigrantes sin papeles del sistema sanitario español?

R. El sistema español ha sido demasiado generoso en el pasado: muchos extranjeros utilizaban las vacaciones para turismo sanitario. Hay quien apoya brindar asistencia a los inmigrantes que se encuentran en situación irregular porque las intervenciones de urgencia son muy caras. Por otro lado, es justo que todos contribuyan al mantenimiento del sistema, sobre todo en un momento como este.

P. ¿Dónde ha llegado la investigación para el alzhéimer?

R. Para unos 10 millones de personas, esta enfermedad es una sentencia de muerte. El único fármaco disponible actualmente garantiza una mejora momentánea de los procesos cognitivos. Esperamos que nuestra próxima generación de fármacos pueda marcar un progreso consistente.