Irlanda sueña con el ‘boom’ petrolero

Irlanda está a punto de asegurarse suculentos ingresos del petróleo. Providence Resources, firma especializada en exploración y extracción, ha confirmado que su planta de Barryroe, frente a las costas de Cork, puede extraer de esa zona 280 millones de barriles de crudo. Este hallazgo, tras décadas de trabajos en busca de petróleo en esta zona, supondría un alivio para la economía irlandesa, que tuvo que ser rescatada por sus problemas de deuda.

"Nuestro anuncio supone el principio de la industria petrolera irlandesa", afirmó el presidente de la compañía, Tony O'Reilly, en una entrevista con la cadena británica de televisión BBC. Providence intenta conseguir el apoyo técnico de grandes petroleras para ayudarle a explotar su licencia, que compró al Gobierno irlandés. La compañía ya cuenta con la ayuda de la estadounidense Exxon Mobil para realizar labores de exploración en su planta de Drumquin, en Reino Unido.

Ya se sabía que había petróleo en esa zona, pero ahora se han incrementado las expectativas. Providence está convencida de que puede extraer un 27% del crudo almacenado (frente al 16% anterior). La media en los yacimientos del mar del Norte es del 38%.

Irlanda nunca ha tenido industria petrolera, excepto una refinería cerca de Cork que Providence quiere utilizar. En 1996 se descubrió un campo de gas frente a las costas de Corrib, en el noroeste, pero las protestas y los retrasos en la planificación paralizaron el proyecto.

Algunos expertos consideran que, antes de dar más pasos, Irlanda debería revisar las leyes relacionadas con la explotación de recursos naturales, que consideran demasiado permisivas. El Estado recauda un 25% de los beneficios por el petróleo, un porcentaje que puede crecer hasta el 40% en función de volumen extraído. En cualquier caso, son cifras inferiores a las existentes en Noruega y Reino Unido.

También hay preocupación sobre el impacto medioambiental. El Partido Verde Irlandés ha advertido que, aunque haya petróleo, no será fácil de extraer. Además, otros ecologistas han avisado del efecto negativo que puede tener sobre la isla de Rathlin.