El Popular critica que el test de estrés crea confusión y debilita a la banca

En una conferencia en la escuela de negocios Esade, Ron ha asegurado además que los resultados de este informe comportarán una mayor concentración de entidades financieras, reduciendo aún más el número de operadores en juego, que actualmente son 14, frente a las 57 que había hace sólo cinco años.

En su intervención en la jornada Matins Esade, Ángel Ron ha expresado abiertamente su "escepticismo" ante las consecuencias de estos test de estrés de la banca española, que fijan las necesidades de capital de cada grupo en el peor de los casos posibles, un escenario que, tal y como ha recordado, tiene una probabilidad de que se produzca de tan sólo el 1 por ciento.

"No sé si es la mejor medicina", ha señalado Ron sobre estas exigencias de recapitalización, ya que es "como tomar una medicina muy agresiva antes de tener la enfermedad".

El presidente del Popular, el sexto banco español por volumen de activos, considera que los resultados del informe de Oliver Wyman "van a añadir más confusión", "debilitarán" a las entidades y ralentizarán la recuperación del cauce del crédito.

"Por tanto es dudoso que a consecuencia de eso tengamos una mejora de la credibilidad a corto plazo", ha manifestado.

El Banco Popular ha insistido en varias ocasiones en que no necesitará más capital para cumplir con los requerimientos exigidos por la nueva normativa para las entidades financieras.

Ron ha destacado, en este sentido, que el Popular "cuenta con una sólida capacidad de resistencia a escenarios macroeconómicos muy adversos" y ha recordado que la entidad, centrada en el sector pymes, no sólo no ha reducido el crédito en los últimos años, sino que ha logrado incrementar la captación de depósitos, ha crecido en cuota de mercado y ha aumentado el capital el 50 % desde el inicio de la crisis.

Más allá de su análisis del sistema bancario español, Ron ha abordado la crisis económica y financiera que sufre Europa, que adolece, ha dicho, de la ausencia de un liderazgo político común, lo que genera una "incertidumbre" que se está viendo agravada por la "descoordinación" de las políticas y voces que se oyen en los diferentes países del continente.

Ha citado, en este sentido, algunos de los objetivos pendientes de Europa para recuperar la senda del crecimiento, como es lograr la sostenibilidad de la deuda pública, la supresión del vínculo entre deuda soberana y sistema financiero, la normalización de los costes de financiación en toda la zona del euro y la mayor integración fiscal, financiera, económica y política.

Ha añadido, en este punto, que Europa necesita una hoja de ruta de obligado cumplimiento para todos los Estados que permita ganar tiempo para que las medidas de consolidación y las reformas tengan sus efectos.

Sobre el proceso de consolidación fiscal que está llevando a cabo España, Ron ha destacado que éste es absolutamente necesario, ya que sin él no se estabilizarán los mercados, y ha advertido que el rechazo social que generan estas políticas se debe a que la ciudadanía "no percibe para qué se hace", es decir, no entiende por qué resulta obligatorio impulsar estos ajustes para permitir la reactivación de la economía.