Volar es seguro
Una persona que volara diariamente tendría un accidente cada 3.000 años, según las estadísticas
La aviación es el modo de transporte más seguro de cuantos existen. Los expertos califican una organización como ultrasegura cuando ofrece un ratio de un accidente por cada millón de operaciones. 2011 se cerró en Europa con cero accidentes aéreos. En todo el mundo se registraron 0,37 accidentes por cada millón de vuelos. Estadísticamente hablando, una persona que volara diariamente tendría un accidente en 3.000 años. Los índices de seguridad aérea en el mundo han mejorado en 60 años un 50.000%, mientras el número de vuelos crecía exponencialmente. En 2011 volaron 3.000 millones de personas y 26.000 aeronaves realizaron 38 millones de vuelos. La industria dedica el 15% de sus ingresos a la investigación. Volar es seguro.
Estos resultados son fruto del esfuerzo continuo y coordinado de reguladores, fabricantes, operadores, aeropuertos, tripulantes, controladores, técnicos de mantenimiento... La seguridad requiere del preciso cumplimiento de las tareas encomendadas a cada uno de sus actores. Se trata de una responsabilidad compartida. La industria aeronáutica es, desde sus orígenes, sumamente exigente en la materia, para las compañías aéreas constituye su activo más importante, miles de profesionales dedican diariamente sus esfuerzos a garantizarla.
La naturaleza del sector explica el componente internacional de su regulación. La OACI (Organización de Aviación Civil Internacional) elabora normas y recomendaciones estrictas dirigidas a sus Estados miembros. La Unión Europea se ha dotado de una normativa más exigente incluso, la EASA, agencia dependiente de la CE, es su máxima autoridad. En España las competencias las asumen Aviación Civil y la AESA (Agencia Estatal de Seguridad Aérea), que realiza anualmente más de 12.000 inspecciones aeronáuticas, 2.000 de ellas a aviones de compañías que operan en España que, a su vez, están sujetos a inspecciones en los aeropuertos europeos de su recorrido diario. Las garantías son máximas. Siendo determinante, la seguridad no se reduce a normas e inspecciones, se amplía y fundamenta en el flujo de información y análisis de datos entre todos los agentes de la industria, lo que facilita un enfoque preventivo, unificado y coordinado; se completa con el elevado nivel de entrenamiento de los profesionales de operaciones aéreas, los rigurosos programas de mantenimiento de aeronaves y las continuas auditorías sobre calidad, medidas que van más allá de las normas en vigor.
La seguridad aérea es un sistema robusto en el que no cabe la autosatisfacción. Detrás de cada víctima hay una tragedia humana que nos mantiene firmes en el logro de nuestro objetivo final: cero accidentes, cero víctimas.
Manuel López Colmenarejo es el presidente de la Asociación de Compañías Españolas de Transporte Aéreo (ACETA)
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