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El Canal debe esperar

La apertura de la nueva vía interoceánica en Panamá se aplaza a 2015

Vista de las obras de ampliación del Canal de Panamá, que arrancaron en 2009.
Vista de las obras de ampliación del Canal de Panamá, que arrancaron en 2009.

A toda pompa criolla, los panameños festejan este mes de agosto los 98 años de la apertura del Canal de Panamá, una de las maravillas tecnológicas y científicas edificadas en el siglo XX y sometida hoy, con trabajos que comenzaron en 2007, a una ampliación que tendrá un fuerte impacto en el comercio y el transporte marítimo mundial.

Pero en la mitad de la fiesta apareció un punto negro: la construcción del tercer juego de esclusas en los litorales pacífico y atlántico sufre un retraso de seis meses y atiza un conflicto entre la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) y el consorcio responsable de las obras, Grupo Unidos por el Canal (GUPC) —formado por la empresa española Sacyr Vallehermoso y firmas de Italia, Bélgica y Panamá—, que amenaza con transformarse en un litigio internacional de reclamaciones millonarias.

La ACP informó por escrito a EL PAÍS que “hay penalidades importantes, de hasta 200 millones dólares, si no cumplen” con los plazos de llenado y vaciado de las esclusas y de aperturas y cierre de compuertas establecidos en el contrato. “Dependiendo de cuándo concluyan las pruebas, se aceptará la obra”, tras verificar vertido de concreto, instalación de compuertas, válvulas, sistemas eléctricos y otros pasos, alerta la ACP.

Si hay retraso, el contrato fija también una “penalidad” o multa de 300.000 dólares “por cada día de atraso hasta un máximo de 182 días o 54,6 millones”, asegura la Autoridad. Asimismo, existe un “incentivo” o bono de 215.000 dólares “por cada día que se entregue [la obra] antes de la fecha estipulada” —21 de octubre de 2014— hasta un máximo de 50 millones, recalca.

La Autoridad culpa al consorcio encargado de las obras

Pero el consorcio formado por Sacyr Vallehermoso, la belga Jan de Nul, la panameña Constructora Urbana y la italiana Impregilo confirmó que en julio pasado formalizó una reclamación a la ACP por 573 millones de dólares por incumplimiento de contrato.

En respuesta a la reclamación, el administrador del Canal, Alberto Alemán, conminó al GUPC a cumplir lo prometido y entregar en octubre de 2014 las obras finalizadas y operativas del tramo clave de lo que será la futura ruta interoceánica, y no en abril de 2015. “La Autoridad del Canal de Panamá está exigiendo que el contrato se termine el 21 de octubre de 2014, porque no se le ha dado ningún día adicional al contrato”, advirtió Alemán durante los festejos.

Si la Autoridad la rechaza, la reclamación pasará a un jurado creado en 2009 por el contrato y que adoptará una primera decisión; pero si la puja persiste, se acudiría a un foro internacional. El consorcio ganó en 2009 una licitación de 3.118 millones de dólares para construir el tercer juego de esclusas —la parte más importante de la ampliación, cuyo coste total es de 5.250 millones— e inició los trabajos en agosto de ese año.

La APC argumenta que el contratista se ha demorado a la hora de lograr la fórmula de la mezcla ideal de hormigón que garantice la vida útil de cien años establecidos en el acuerdo, por lo que hay un retraso acumulado de seis meses. Alemán relató a medios panameños de prensa que el hormigón con las especificaciones requeridas debió empezar a ser colocado por el contratista en enero o febrero de 2011, pero comenzó en julio de ese año. “Ese periodo es lo que tiene atrasada la obra”, y la constructora trata de recuperarlo, agregó.

Las empresas piden más dinero por un aumento de los costes

El GUPC replica que la ACP modificó las normas del hormigón y que reclama 573 millones de dólares por un aumento de los costes. Consultada por EL PAÍS, la sociedad cuatripartita eludió comentar el conflicto y respondió por escrito que está “en negociación” con la ACP “por el tema de la demanda”. El grupo ha prohibido a sus ejecutivos hacer declaraciones públicas.

En un informe sobre la reclamación, Bernardo González, director de proyectos del GUPC, alegó que la empresa ha tenido que hacer frente a costes adicionales por retrasos en la concesión de permisos, lentitud en aprobación de pruebas de concreto y exceso de lluvias. “No estamos pidiendo ni más ni menos”, adujo González.

La ampliación de la ruta —por la que pasa el 5% del transporte marítimo mundial— permitirá el tránsito de embarcaciones de mayor tamaño y calado. Las obras consisten en construir un tercer juego de esclusas en ambos litorales y con dos complejos de tres niveles cada uno con tres tinas de reutilización de agua por nivel. El Canal, construido de 1904 a 1914 por EE UU y cuya soberanía plena fue asumida por Panamá el 31 de diciembre de 1999, tiene otras esclusas desde su apertura, las de Pedro Miguel y Miraflores, en el Pacífico, y la de Gatún, en el Atlántico.

Por esas estructuras transitan embarcaciones denominadas Panamax, con un máximo de 294,1 metros de largo, 32,3 de ancho, 12 de calado y 57,9 de calado aéreo. Por las nuevas esclusas podrán pasar buques Post-Panamax, a los que ahora se impide usar el istmo panameño por tener dimensiones superiores. La nueva meta es ensanchar y profundizar cauces de navegación en varios sectores. En el área del Pacífico se excavará en seco un nuevo cauce de acceso de 6,1 kilómetros de largo.

La ampliación “avanza a un buen ritmo” y, a 21 de agosto, “tres de los cuatro proyectos de excavación seca han sido completados y el cuarto de ellos alcanzó un 74%” a julio de 2012, informó la APC. El dragado de las entradas del Pacífico y Atlántico y del lago Gatún registra progresos del 90%, 98% y 74%, respectivamente, precisó.

La ACP descarta que el retraso con las esclusas pueda perjudicar la labor canalera cotidiana. “El Canal existente continuará operando como lo ha hecho hasta la fecha”, pues la ampliación es paralela a las tareas normales de la vía acuática, subrayó. De culminar “todo a tiempo”, aclaró, “la operación comercial del tercer juego de esclusas se iniciaría a principios de 2015”.

Y se espera que ese sea otro momento para festejar… al más puro estilo panameño.

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