El Ibex cierra con una caída del 1,11% arrastrado por la banca
El indicador modera sus caídas de la jornada y acaba en 6.537,9 puntos La prima de riesgo acaba en 490 puntos, máximo histórico al cierre
La banca, encabezada por Bankia, ha acaparado toda la atención en una jornada en la que no han faltado los rumores de fuga de depósitos -con sus correspondientes desmentidos- y que acaba con la amenaza de una rebaja de la calificación crediticia de las entidades españolas por parte Moody's que, según fuentes citadas por Bloomberg, se dará a conocer a las nueve de la noche.
Con todos estos elementos no debe sorprender que incluso haya pasado a un segundo plano la prima de riesgo -exceso de rendimiento que se exige al bono a 10 años respecto a su equivalente alemán-, tras el máximo histórico que registró ayer y con la expectación que despertaba la subasta de bonos y obligaciones programada para hoy por el Tesoro español, la primera que se ha celebrado tras las fallidas elecciones griegas del pasado 6 de mayo.
El Ibex 35, que ha iniciado la sesión con tendencia indefinida, consolidaba después su descenso y ha llegado a ceder un 2,7% a mediodía, hasta tocar los 6.434,7 puntos, registro que lo mantiene en niveles de junio de 2003. Al final de la sesión, recortaba la caída hasta el 1,1% y cerraba en 6.537,9 puntos.
El indicador se ha visto arrastrado por los bancos, que están siendo castigados por las dudas de los inversores de que las sucesivas reformas financieras -cuatro desde 2010- sean insuficientes para sanear los saldos crediticios de las entidades y lo sucedido con Bankia no ayuda a disipar esa desconfianza.
La entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri ha llegado a retroceder un 29% pero, tras el doble desmentido de la entidad y el Ministerio de Economía -un intento de lanzar un mensaje de confianza- ha frenado la caída y ha cerrado con un descenso del 14,08%. Le siguen con distancia, Popular (-4,61%), Bankinter (-4,43%), Caixabank (-3,08%), BBVA (-2,79%), Sabadell (-2,58%) y Santander (-1,66%).
Los inversores han reaccionado con relativa indiferencia inicial la subasta del Tesoro realizada hoy y que se ha saldado con la colocación de bonos y obligaciones por importe de 2.490 millones de euros, justo por debajo del objetivo máximo marcado en 2.500 millones. Aunque la emisión ha registrado una demanda fuerte, el Tesoro ha visto encarecerse el coste de su financiación. Por los títulos con vencimiento en enero de 2015 ha pagado un tipo medio del 4,375% (un un 51,4% más que en la anterior venta de esta referencia el pasado abril), por los expiran en julio de 2015 un 4,876% (un 21% más que el pasado 3 de mayo) y por la referencia de abril de 2016, un 5,106%.
Tras la colocación, la prima de riesgo ha marcado un máximo diario en 496 puntos y, aunque luego se relajaba desde ese punto, terminaba la sesión en 490, máximo cierre histórico. Ayer acabó en 482 puntos tras haber superado durante el día los 507, máximo desde que existe el euro, con lo que la rentabilidad del bono a diez tocó el el 6,5%, próximo al 7%, nivel que precipitó los rescates de Grecia, Irlanda y Portugal. Hoy ha llegado al 6,3%, aunque al término de la negociación cedía hasta el 6,2%.
En los mercados europeos sigue pesando la crisis griega y la posibilidad de que el país acabe por abandonar la eurozona si el resultado de las nuevas elecciones, convocadas para el 17 de junio, no resultan en la creación de un Gobierno estable que garantice el cumplimiento de los compromisos adquiridos con las instituciones internacionales para acceder a los 130.000 millones de ayudas acordadas el pasado marzo.
No ha ayudado una apertura de Wall Street en la que se ha conocido que el índice de indicadores adelantados que elabora el Conference Board (predictiva de lo que sucederá dentro de tres a seis meses) ha caído un 0.1% en abril, cuando se esperaba un avance, lo que confirma que el crecimiento de Estados Unidos sigue siendo tibio.
Londres ha cerrado con un descenso del 1,24%, París ha perdido un 1,2%, Fráncfort un 1,18% y Milán un 1,46%.
El Banco Central Europeo (BCE) ha dejado de financiar a algunos bancos griegos hasta que estén suficientemente recapitalizados, como exigen sus normas. De los 130.000 millones del rescate, 50.000 serán destinados a reforzar los recursos propios de las entidades griegas, como compensación de las pérdidas sufridas tras la mayor suspensión de pagos de deuda soberana de la historia.
De hecho, según información de diario financiero Imerisia que recoge Bloomberg, cuatro grandes bancos están esperando la aprobación de la Unión Europea para recibir 18.000 millones de euros en bonos emitidos por el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF por sus siglas en inglés).
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