El FMI reclama dinero público para sanear el sector financiero español
El Fondo pide a Bankia sin citarla medidas “rápidas y decisivas” para sanearse Lagarde publica por adelantado las conclusiones por decisión de Guindos
El Fondo Monetario Internacional (FMI) considera que los costes de rescatar las entidades españolas con problemas son demasiado altos para ser asumidos solo por el sector y considera que puede hacer falta dinero público. El organismo que dirige Christine Lagarde ha suspendido a 10 entidades en unas pruebas de resistencia a la banca española, según explica en las conclusiones preliminares de su informe quinquenal sobre el sector. Entre ellas están cinco ya adquiridas o fusionadas, las tres nacionalizadas a subastar, y dos independientes que no identifica, de las que una es Bankia, según diversas fuentes.
El informe señala que los grandes bancos españoles son sólidos, lo que ha “reducido la preocupación sobre la solvencia del conjunto del sistema”. Pero también subraya que ha identificado 10 bancos y cajas débiles, la mayoría con ayudas públicas, tras una prueba de resistencia llevada a cabo por el equipo de técnicos del organismo, que estuvo en España del 1 al 21 de febrero y del 12 al 25 de abril. En realidad, cinco han sido ya adquiridos o se han fusionado con otras entidades solventes y tres (Novagalicia, CatalunyaCaixa y Banco de Valencia) “se encuentran en proceso de ser subastadas”. “Los dos restantes han remitido planes de negocio que han sido aprobados por el supervisor. Con el fin de preservar la estabilidad financiera, es esencial que estos bancos, y en particular el de mayor tamaño, tomen medidas rápidas y decisivas para fortalecer sus balances y mejorar su gestión y su gobierno corporativo”, señala el informe. Diversas fuentes aseguran que la entidad “de mayor tamaño” a que hace referencia el informe es el grupo BFA-Bankia, que ha presentado un plan al Banco de España, aceptado por este, con una serie de medidas para reforzar su balance y su solvencia y seguir en solitario.
La difusión del estudio completo no está prevista hasta junio y no es habitual que el FMI publique las conclusiones preliminares. Esta vez lo ha hecho por decisión del Ministerio de Economía, según fuentes relacionadas con el informe, en lo que algunos ven como una forma de presión, en especial dada la alusión a Bankia. Fuentes de Economía señalan que fue el FMI quien preguntó si había inconveniente y Economía decidió que no había problemas. Sin embargo, no todo el texto es favorable a las tesis del departamento de Luis de Guindos, que quiere que el coste de los rescates lo asuma el Fondo de Garantía de Depósitos, financiado por el sector. El Fondo, en cambio, cree que “para evitar que los costes de resolución sean demasiado altos para que el sector los pueda soportar, una vez agotadas las opciones para una recapitalización privada puede ser necesario un mayor recurso a la financiación pública para preservar la estabilidad financiera y evitar un excesivo desapalancamiento”, dice el texto.
Diez entidades suspenden la prueba, pero solo dos independientes
El FMI ve prioritario “tratar de forma global y efectiva los activos problemáticos en las carteras bancarias”, en referencia a los inmobiliarios, para cuya gestión señala un abanico de opciones, “incluyendo su mantenimiento en los balances de los bancos o el establecimiento de sociedades públicas o privadas especializadas de gestión de activos”. El Gobierno apuesta por la creación de sociedades privadas no controladas por los bancos, de forma que no consoliden en sus balances.
A falta del informe final, las conclusiones previas no contienen la menor crítica a la tarea supervisora del Banco de España.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.