La obsesión de Merkel y la UE por el déficit puede hundir España, según 'NYT'
El diario critica en un editorial el empeño de Merkel y Bruselas por imponer austeridad, a costa de las inversiones y el crecimiento, así como los recortes en educación y sanidad
La obsesión de Angela Merkel por la austeridad podría llevar a hundir la economía española. Así lo afirma el prestigioso diario The New York Times, que critica en un editorial la mirada cortoplacista de Alemania y la Unión Europea, que con su empeño en que países en apuros como España o Italia cumplan con los objetivos de déficit, están ahogando las inversiones y con ellas las posibilidades de crecimiento. En su intento por cumplir estas exigencias, Mariano Rajoy ha tomado algunas malas decisiones, según NYT: “Defraudar a la fuerza de trabajo del mañana para pagar por la burbuja inmobiliaria de ayer no tiene sentido económico”.
“España podría ser la próxima economía europea derribada por la mala gestión liderada por Alemania de la crisis de la eurozona”, comienza el editorial, titulado Una sobredosis de dolor. “No tiene que resultar así. Pero seguramente ocurrirá a menos que la canciller Angela Merkel y sus aliados políticos dentro y fuera de Alemania reconozcan que ningún país puede pagar sus deudas sofocando su crecimiento económico”.
Según el diario, después de semanas de engañosa calma, los países regresan a la recesión, el desempleo aumenta y las previsiones de déficit empeoran. Y es que la austeridad, ese café para todos prescrito por Merkel, “no funciona en ninguna parte”.
Tras repasar algunos de los males que aquejan España —los ataques en los mercados de deuda, una tasa de paro cercana al 25%, que se aproxima al 50% entre los jóvenes— , NYT vaticina “incluso mayores niveles de miseria bajo el presupuesto de austeridad“ que Rajoy presentó a finales de marzo, “después de que la UE rechazara sus peticiones de una mayor flexibilidad fiscal a la vista de una recesión que empeora”.
'The New York Times' vaticina "mayores niveles de miseria bajo el presupuesto de austeridad"
El diario considera que los objetivos de Rajoy, reducir el déficit del 8,5% al 5,3% este año, y al 3% en 2013, son “probablemente inalcanzables”. Las previsiones oficiales más optimistas adelantan que la economía se contraerá casi un 2% en 2012, “y cuanto más se contraiga el PIB, más caerán las facturas, exigiendo incluso recortes más pronunciados. Es un ciclo destructivo, siempre descendente”.
The New York Times achaca el “crecimiento del déficit español a niveles que no pueden sostenerse indefinidamente” al pinchazo de la burbuja inmobiliaria y a los problemas del sector bancario, que pidió ayuda al Gobierno. “Pero al intentar reducirlo demasiado rápido en tiempos duros, el tiro podría salir por la culata, como reconoció Rajoy” cuando pidió un objetivo “más realista” para 2012 del 5,8% en lugar del 4,4% acordado anteriormente.
El diario califica de "sensata" la petición de Rajoy de mayor flexibilidad
“En lugar de acceder a esta petición sensata, los ministros de Finanzas europeos impusieron un nuevo objetivo del 5,3%. Los mercados de bonos entendieron rápidamente que es poco probable que España cumpla esos objetivos. Así que los acreedores han aumentado las rentabilidades que exigen por comprar deuda soberana española, lo que convierte el objetivo en más irreal”.
NYT afirma que, “sin forma de lograr esas cifras, Rajoy ha hecho algunas malas propuestas, como recortar en la inversión pública necesaria para mejorar la competitividad económica y en fondos de formación para trabajadores para lubricar las reformas en el mercado laboral. Ha propuesto ahora una segunda ronda de profundos recortes dirigidos a escuelas y salud pública. Defraudar a la fuerza de trabajo del mañana para pagar por la burbuja inmobiliaria de ayer no tiene sentido económico”.
“Estos recortes dañinos podrían haber sido menos severos si la UE hubiera hecho caso de la petición de Rajoy de una mayor flexibilidad presupuestaria a corto plazo. Se podrían evitar si Merkel y sus mal informados socios reconocieran finalmente que para restaurar la competitividad del debilitado sur de Europa, se necesita más inversión en reformas y crecimiento y menos enfoque obsesivo en el déficit aritmético a corto plazo”, concluye el diario.
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