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La salud privada aprovecha el tijeretazo público

El recorte de presupuesto en sanidad da aliento a los seguros personales

Miguel Ángel García Vega
Unidad de cardiología del hospital madrileño de La Paz.
Unidad de cardiología del hospital madrileño de La Paz.LUIS SEVILLANO

El sistema de salud público (y de dependencia) que gestionan las autonomías muestra signos de asfixia. Cierre de quirófanos, aumento de las listas de espera, falta de personal, copago farmacéutico, implantación de la tasa por receta (Cataluña)... Los Presupuestos Generales presentados esta semana sustancian el tijeretazo en aspectos tan esenciales como la dependencia, que pierde más de 300 millones de euros.

 Sobre esta preocupación de millones de personas, el seguro de salud privado es el único ramo del sector asegurador que ha crecido durante todos los años de la crisis, aunque sea poco. En 2011 vio aumentar sus ingresos por primas un 3,06%, hasta los 6.589 millones. Es cierto que antes de 2007 crecía a tasas próximas al 10%, pero, tal y como está el patio, crecer poco ya es ganar mucho.

Pero ¿por qué el seguro de salud resiste la crisis? La experiencia demuestra que los suscriptores de estos seguros —si no se encuentran en una situación económica muy difícil— no prescinden de ellos, entre otras razones por el panorama que se abre en la asistencia pública, con los problemas de las listas de espera y las dificultades, por ejemplo, para conseguir una cita con la rapidez necesaria. ¿Se está beneficiando el mundo privado de la asfixia que sufre lo colectivo?

Los ingresos del sector de seguros de salud crecieron un 3% en 2011

Es una opción muy plausible, aunque para algunos expertos necesita todavía de un poco más de tiempo para ser contestada con rotundidad. “A finales de este año veremos cómo se materializan esos recortes. Así que aún es pronto para afirmar que ha existido esa transferencia de lo público a lo privado”, avanza Fernando Azpeitia, consultor de Analistas Financieros Internacionales (AFI).

Teótimo Sáez, secretario general de Adeslas, comenta que no se están beneficiando de la política de recortes de la sanidad pública. Entre otras razones porque “el segmento de salud es muy sensible a la situación económica general. En la práctica, la crisis hace que se vendan menos pólizas”.

Sin embargo, el caldo de cultivo ya se está creando en algunas comunidades autónomas para que se modifique esta dinámica. En Cataluña, el presupuesto de sanidad ha caído un 7% entre 2010 y 2011, y este ejercicio habrá más recortes, prevén en AFI. Con este paisaje de fondo, Jaime Ortiz, director comercial de Asisa, sí cree que esa “racionalización de recursos” tendrá influencia en el aseguramiento sanitario, aunque aún sea pronto para evaluarla.

En el sector siempre han considerado que lo público y lo privado están obligados a entenderse

Más directa en su análisis es la mirada de Cristina del Ama, directora de vida y salud de Allianz Seguros. “Esta situación supone una oportunidad para los seguros privados, que ofrecen un valor añadido a los clientes a través de una gran calidad en las prestaciones y que además aportan características muy valoradas por los asegurados, como la reducción de tiempos de espera, la libre elección de especialistas, habitación individual en caso de hospitalización…”.

Por su parte, Susana Moreno, directora de la división de salud de Groupama, estima que es difícil cuantificar el impacto que tienen las medidas aprobadas en sanidad en el incremento de la facturación de primas del seguro privado. “Pero sí hemos constatado el aumento del interés por este producto en canales de distribución, como el de mediadores, en los que hasta el momento el ramo no era prioritario”.

También ganan peso en otros ámbitos. Antonio Jiménez, responsable de salud de Axa, indica que cada vez son más importantes los “pagos en especie” al trabajador, y en este sentido “el seguro de salud está reconocido como el más atractivo”. Y apostilla: “Estamos notando que empresas y particulares nos piden más información sobre este producto”.

Al igual que sucede en otros ramos —como el de autos—, la competencia entre aseguradoras es muy fuerte

Desde luego, si las cosas siguieran su orden natural, “la sanidad privada debería ser complementaria de la pública, no sustitutiva”, puntualiza Iñaki Ereño, consejero delegado de Sanitas. Sin embargo, no parece que sea de esta forma en muchos casos. La política hospitalaria de la Comunidad de Madrid, sin ir más lejos, así lo evidencia. Por tanto, hay que tener presentes los detalles y analizar cómo la crisis está subvirtiendo ese orden natural.

En el sector siempre han considerado que lo público y lo privado están obligados a entenderse, especialmente en el actual escenario de restricción del gasto social. Javier Murillo, director general de Adeslas, ha explicado que la Administración podría usar el seguro de salud como herramienta para “mejorar la eficiencia del conjunto del sistema sanitario, por ejemplo, dando apoyos fiscales a la contratación de seguros de salud tanto de empresas como de personas individuales o directamente el aseguramiento de colectivos de ciudadanos”.

Por tanto, “es cierto”, ahonda un analista, “que en el actual contexto económico puede volverse más atractiva la contratación de seguros de salud privados”. Tanto es así que algunas compañías transitan por una singular dualidad. “Hay dos fuerzas tirando en sentido opuesto. Por un lado tenemos el mayor número de cancelaciones de contratos de nuestra historia. Y por otro existe un enorme interés por parte de familias, autónomos, empresas e incluso parejas, que antes dudaban si entrar o no en estos seguros y que ahora, frente a la incertidumbre de la sanidad pública, dan el paso. Haciendo la media, este movimiento nos aporta estabilidad”, reflexiona Josep Santacreu, consejero delegado de DKV.

Esta doble visión es compartida por casi todos los expertos. “Hasta hace cinco años, el 50% de los clientes eran individuales y la otra mitad colectivos. Ahora, los primeros son el 35% y los segundos representan el 65%”, desgrana Javier Oliveros, director comercial de particulares de seguro directo de Mapfre. A su vez, Iñaki Ereño, de Sanitas, narra que ellos han ajustado al máximo sus productos a un escenario de crisis y han renovado la oferta comercial.

Ahora bien, como en otros sectores económicos, los seguros de salud no son inmunes al panorama económico. El segmento individual ha visto cómo se han reducido los márgenes y las primas por el aumento de la competencia, mientras que en seguros colectivos, pese a ser el nicho de mayor crecimiento, tal y como hemos visto, la prima media ha caído debido al incremento de la competencia entre operadores, el poder de negociación de los clientes y las dificultades que atraviesan muchas empresas.

Al igual que sucede en otros ramos —como el de autos—, la competencia entre aseguradoras es muy fuerte y “hay”, reconoce Antonio Jiménez, de Axa, “una excesiva tensión sobre el precio”. Además, inciden en Adeslas, “el seguro de salud tiene un problema importante de fidelización del cliente, ya que duplica la prestación sanitaria pública”.

Eso sí, como en cualquier instrumento financiero, resulta prioritario extremar las precauciones a la hora de contratarlo. Existen aseguradoras que “están ofreciendo contratos con días limitados, por ejemplo, de unidad de cuidados intensivos (UCI) y cuando se superan derivan al paciente a un centro público antes de que termine su recuperación”, advierte Antonio Jiménez. Y sentencia: “En salud, la letra pequeña aparece cuando estás en el hospital”.

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Sobre la firma

Miguel Ángel García Vega
Lleva unos 25 años escribiendo en EL PAÍS, actualmente para Cultura, Negocios, El País Semanal, Retina, Suplementos Especiales e Ideas. Sus textos han sido republicados por La Nación (Argentina), La Tercera (Chile) o Le Monde (Francia). Ha recibido, entre otros, los premios AECOC, Accenture, Antonio Moreno Espejo (CNMV) y Ciudad de Badajoz.

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