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Bruselas ve necesario acelerar el saneamiento de la banca española

Fuentes de la UE abren la puerta a que España pida ayuda al fondo de rescate para el sector Economía rechaza usar fondos europeos y señala que la Comisión no lo ha planteado La Comisión Europea considera que el cierre del grifo del crédito perjudica la recuperación

Claudi Pérez
El comisario europeo de Economía, Olli Rehn.
El comisario europeo de Economía, Olli Rehn.FRANCOIS LENOIR (REUTERS)

El pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el origen de muchos de los males de la economía española, sigue golpeando a la banca. España lleva cuatro años tomando medidas en el sector financiero, pero la UE considera que el saneamiento no es suficiente, que los precios de los pisos van a bajar aun más —y más aprisa— y que eso provocará más necesidades de capital, en un escenario que se complica por la inacabable crisis del euro, la recesión que viene (o ya está aquí) y sobre todo esa fenomenal exposición de la banca española al ladrillo. En pleno proceso de fusiones, fuentes de Bruselas consideran que si los precios de los pisos bajan con fuerza habrá que tapar agujeros de capital con dinero privado (que ahora mismo no confía en la banca ya no española, sino europea) con dinero público (algo muy problemático por las presiones de los mercados ante el rápido aumento de la deuda soberana española) o incluso del fondo de rescate europeo, pese a los enormes problemas de estigmatización asociados. El comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, descartó anoche esa opción, que el Gobierno tampoco considera necesaria.

Los planes del Gobierno son otros. El Ministerio de Economía exige al sistema financiero unas provisiones adicionales de 52.000 millones. Desde hace un par de años, en los mercados circulan todo tipo de cifras, desde estimaciones similares —del BBVA o de Bank of America, por ejemplo— a estudios mucho más críticos, como el del banco suizo UBS, que elevan esas necesidades por encima de los 100.000 millones. Las razones son, básicamente, dos: un deterioro de la morosidad (por la recesión y la escalada del paro) y una caída desordenada de los precios, factible si no mejora el cierre del grifo del crédito. Las entidades españolas tienen que detallar esta misma semana al Banco de España qué medidas van a tomar en relación con las provisiones extra.

Una de las soluciones que baraja la UE es que España solicite ayudas al fondo de rescate para esa recapitalización, pese a que esa petición podría tener efectos secundarios por el nerviosismo creciente en los mercados, que han reaccionado con un repunte de la prima de riesgo española a las tensiones entre Bruselas y Madrid por el objetivo de déficit y las medidas de ajuste que se incluirán en los Presupuestos. Una alta fuente comunitaria explicó ayer que la crisis española podría durar menos si el precio de la vivienda se ajusta más rápidamente que hasta ahora: ello exigiría más capital, que podría obtenerse del fondo de rescate, el cortafuegos que diseñan los socios europeos para impedir, precisamente, el contagio de la crisis a países como Italia y España. Según estas fuentes, las ayudas del fondo de rescate permitirían elevar el capital de los bancos, reabrir el canal del crédito a la economía y, en última instancia, disolver las dudas de los mercados ante el saneamiento del sistema bancario y el futuro de algunas entidades que aseguran que seguirán adelante sin ayudas, como Bankia.

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Fuentes del Ministerio de Economía, sin embargo, aseguraron que ni Bruselas ha planteado esa posibilidad ni el Gobierno considera necesario acudir al cortafuegos, cuya cuantía definitiva se fijará a finales de esta semana en el Ecofin informal de Copenhague (Dinamarca). El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, calificó de “infundadas” las informaciones que apuntan que Bruselas cree que España debería acudir al fondo europeo para recapitalizar la banca.

Los expertos consultados coinciden en que España necesita bastante más que los 50.000 millones que demanda el Gobierno a la banca para tapar agujeros de capital. “Los precios de los pisos van a sobrerreaccionar a la baja porque apenas hemos visto caídas en casi cinco años de pinchazo inmobiliario. Eso es otra manera de decir que la banca va a necesitar mucho capital, y el Gobierno haría bien en no descartar ninguna opción, ni siquiera el fondo de rescate europeo, pese a que eso pueda provocar graves consecuencias en los mercados. Pero no hay una solución buena para esta crisis en el caso español. Hay que estudiarlo todo”, explicó en Bruselas Wolfgang Münchau, presidente de Eurointelligence. Santiago Carbó, catedrático de la Universidad de Granada, explicó que “los mercados ven de nuevo a España como un riesgo, pero acudir al fondo de rescate para capitalizar los bancos no parece la mejor solución a día de hoy, porque cerraría los mercados a la economía española”. “No es en absoluto oportuno con los nervios actuales en el mercado”, remachó.

España será uno de los focos de atención el viernes en Copenhague: el mismo día que el Gobierno presenta el proyecto de Presupuestos deberá defenderlo ante sus socios europeos para asegurar que cumple el objetivo de déficit impuesto por el Eurogrupo. El vicepresidente de la Comisión y responsable de Competencia, Joaquín Almunia, aseguró ayer que el Ejecutivo debe buscar “ingresos alternativos” a los que generaba el ladrillo si quiere cumplir las metas de déficit. Almunia admitió que en Bruselas “preocupa la situación de países que tienen dificultades para encontrar una senda de crecimiento, que son muchos, no solo Italia y España”. A su juicio, el problema de España “es un problema de desempleo en primer lugar”. E insistió en que no hay alternativa al ajuste fiscal. “Es una preocupación fundada (la del crecimiento), pero no es fácil disiparla porque no se encuentra una senda de crecimiento estable, sostenible, si no se pone orden en las cuentas públicas”, subrayó antes de dejar una puerta abierta a la posibilidad de renegociar el objetivo de déficit para 2013, ese 3% que obliga a fuertes recortes tanto este año como el próximo.

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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