La élite de Silicon Valley y la aristocracia financiera hacen dinero con Facebook
Microsoft, los rusos de DST o el banco Goldman entre los accionistas de Facebook Accel representa el mejor ejempleo de qué es un fondo de capital riesgo en la cuna de internet
La salida a Bolsa de Facebook, uno de los eventos más esperados en el parqué desde el estreno de Google en 2004, resultará en pingües beneficios para sus actuales accionistas, entre los que además de sus fundadores y trabajadores, se encuentra la élite de Sillicon Valley, el fondo ruso DST, algunos clientes aventajados de Goldman Sachs y un puñado de famosos como Lady Gaga. Entre ellas también hay un artista al que le vendrán especialmente bien los millones de dólares que supone la operación para tapar fiascos pasados: David Hewson, más conocido como Bono, el cantante de U2.
El artista, a través de su fondo de inversión Elevation Partners, se hizo con el 1,5% de Facebook a lo largo de 2010 por unos 120 millones de dólares. Con su salto al parqué, esta participación podría multiplicar por más de 12 su precio hasta los 1.500 millones de dólares si se cumple la premisa apuntada por los analistas de que el valor de la red social asciende a unos 100.000 millones de dólares, 25 veces más de sus últimos ingresos anuales (4.000 millones de dólares). Si se atiende a los no tan optimistas, que prefieren hablar de una capitalización potencial de 75.000 millones, el retorno de la inversión se situaría en unos 1.125 millones, diez veces más de lo que se gastó para entrar en Facebook.
Con este dinero, Bono, que a través de su fondo también es copropietario de la revista financiera Forbes, entre otras inversiones, se resarciría de su apuesta por el fabricante tecnológico Palm, donde colocó unos 450 millones de dólares. En esta compañía, que ha caído a un triste segundo plano en el mundo de la telefonía móvil tras su compra por el gigante Hewlett-Packard ante el empuje de Apple, Samsung o HTC; Elevation -que recibe su nombre de uno de los temas más populares de U2- llegó a acumular unas pérdidas de 140 millones de dólares. Por no hablar del dinero invertido en firmas de ropa subsaharianas y que no han reportado ningún beneficio.
El 1,5% de Facebook que está en manos de Bono podría multiplicar por 10 la inversión inicial
En cuanto al resto de accionistas, por detrás de su fundador, Mark Zuckerberg, que posee en torno al 28% de la compañía, destaca el fondo ruso DST, dirigido por Yuri Milner, y de forma especial la sociedad Accel, vecinos de Facebook en Palo Alto, California. Esta compañía, fundada en 1983 y dirigida por Jim Breyer y Kevin Efrusy, se centró en sus inicios en dejar su dinero a empresas de hardware y dejó de lado oportunidades que con el tiempo se han demostrado como graves errores: ignoró a Google, Amazon o Yahoo en el cambio de siglo, que pese al estallido de la burbuja puntocom han reportado importantes beneficios a otras firmas de capital riesgo que sí confiaron en ellas.
Sin embargo, aprendió del error y en mayo de 2005 entró en Facebook con 12,2 millones de dólares cuando tenía 2,8 millones de usuarios en universidades de EE UU y estaba valorado en 100 millones de dólares. El año pasado, Accel se deshizo de parte de esta inversión para devolver el dinero que le habían prestado a sus socios cuando la empresa estaba valorada en 34.000 millones de dólares.
Hoy, la red social tiene más de 800 millones en todo el mundo y Accel, que cuenta con varios profesores de Harvard entre sus accionistas, un 10% del pastel, lo que arroja un potencial de 100 millones si se cumplen las previsiones más positivas sobre el valor de la empresa de Zuckerberg. También tiene el privilegio de ocupar un asiento en el restringido consejo de administración de Facebook.
Esta historia de éxito “representa mejor que ningún otro en estos momentos el mejor ejemplo de lo que es ser un fondo de capital riesgo en Sillicon Valley”, ha comentado Steve Blank, profesor de la Universidad de Stanford, que también destaca que este tipo de casos hacen de esta localidad de California “un sitio único en el mundo” para las oportunidades de negocio.
No obstante, también hubo quien se apuntó a la fiesta más tarde, en este caso desde la "aristocracia de la inversión", tal y como afirman desde Breaking Views, la unidad de análisis y opinión de Reuters, que añaden que tras el festín que se han dado estos últimos "queda poco espacio para la plebe". Así, cuando la valoración de Facebook iba por los 15.000 millones de dólares, entraron el multimillonario de Hong Kong Li Ka-shing y Microsoft, con el que la directiva de la red social ha hecho buenas migas. De hecho, ha logrado firmar una alianza con Skype (propiedad del emporio creado por Bill Gates) al tiempo que ha sentado también en su consejo de administración al consejero de Netflix, Reed Hasting. Luego llegaría Yuri Milner tras hacerse con las acciones que hasta la fecha estaban en manos de los empleados de la empresa; también fue el turno de Bono.
Hace aproximadamente un año entró la artillería pesada de Wall Street de la mano del banco Goldman Sachs, quien adquirió acciones de la red social por valor de 2.000 millones de dólares para repartirlos entre sus mejores clientes en el mercado secundario, restringido a inversores cualificados. La operación, en tanto en cuanto le convenía a esta entidad, fijó la valoración de Facebook en 50.000 millones de dólares.
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