EE UU espanta de momento el fantasma deflacionista
El encarecimiento de la cesta de la compra el mes pasado coloca el índice de inflación en el 1,2%
Tras tres meses de caídas, los precios volvieron a subir en julio en Estados Unidos. Y lo hicieron al ritmo más fuerte en un año, tres décimas. Eso, en principio, atenúa el riesgo deflacionista que tanto teme Wall Street . Pero la economía estadounidense se desacelera, como puso en evidencia esta semana la Reserva Federal (Fed), lo que provoca que el fantasma siga revoloteando.
El encarecimiento de la cesta de la compra el mes pasado coloca el índice de inflación en el 1,2%. El motivo principal de este repunte está relacionado con el alza del 2,6% en el precio de los productos energéticos. Pero si se descuenta este elemento volátil del indicador, y la evolución del precio de los alimentos, la inflación subyacente subió una décima, y se coloca al 0,9% anual.
En junio, lo precios cayeron una décima, dos en mayo y una en abril. Muchos economistas, e incluso algunos miembros de la Fed, temen que la debilidad de la demanda interna presione a la baja los precios y acabe atrapando a la economía de EE UU en una espiral deflacionista al estilo japonés. La vivienda va a jugar un factor clave en este sentido en los próximos meses.
De momento, este nivel de precios da margen de maniobra al banco central para a mantener los tipos de interés en la banda del 0% al 0,25% durante un periodo prolongado, para ayudar al crecimiento. Eso, en el lenguaje de la Fed, se traduce en al menos seis meses más. Pero si se materializar la deflación, el problema es grave, porque no hay instrumentos para combatirla.
Los datos publicados hoy están todos relacionados con la marcha del consumo. Junto a la evolución de los precios, se publicaron también las ventas en el comercio. Y de ese lado llegaron señales esperanzadoras, aunque no muy sólidas. En términos generales, subieron cuatro décimas, gracias a las ventas de coches y de la gasolina. Si se excluyen, cayeron un 0,1%.
Es un indicador clave de cara a saber como arrancó el segundo semestre, porque dos terceras partes del producto interior bruto de EE UU se alimentan del consumo. Con una tasa de paro del 9,5% y la vivienda en regresión, muchas familias se echan atrás y prefieren ahorrar. Y todo esto tiene lugar mientras se debate si se suben los impuestos para combatir el déficit.
Una marea de estadísticas que tiene un reflejo en el indicador de confianza. El dato anticipado para agosto muestra un ligero repunte, de los 67,8 puntos en julio hasta los 69,6 puntos en la lectura provisional. Una mejora que superó incluso la previsión de Wall Street y eso permitió al Dow Jones borrar los números rojos que estaba teniendo antes de la apertura de la jornada.
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