La solidez bancaria amortigua la crisis en Latinoamérica

Los sistemas financieros latinoamericanos han gozado de mejor salud que los de los países desarrollados. Cuatro factores han favorecido a la región: sus flexibles tasas de cambio y la acumulación de reservas internacionales, la creación y el fortalecimiento de los mercados locales de bonos, las estrictas normas sobre el sector financiero en materia de riesgo y de liquidez, y el decrecimiento de la posición de deuda exterior de los bancos latinoamericanos en los últimos seis años. América Latina no escapa, sin embargo, a la crisis global. Afronta varios desafíos en el futuro inmediato: la fuerte regresión en el flujo de capitales, la caída de los precios de los commodities y la desaceleración económica global.

Este panorama fue expuesto por el presidente de la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban), Ricardo Marino; el secretario de Economía del Gobierno español, José Manuel Campa, y el secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, en el Encuentro Iberoamericano que se celebra en Madrid, donde se analiza el papel de la banca en la recuperación de las economías iberoamericanas.

En su intervención, Campa afirmó que la normalización de la actividad crediticia en el sistema bancario es "un requisito para que la recuperación económica sea vigorosa y sostenible". Pero todavía quedan algunos obstáculos por superar. El secretario de Economía advirtió de que, durante varios meses, el aumento de la morosidad presionará a la baja la cuenta de resultados de las entidades financieras. Por esta razón, defendió el Fondo de Reestructuración Ordenada bancaria (FROB), dijo "es un instrumento importante pero no urgente", y recomendó que "el sector público apoye determinados flujos de financiación durante algún tiempo, mientras los bancos recuperan su capacidad y puedan asumir riesgos". Para Campa, la solución reside en la transparencia sobre las pérdidas y, donde sea necesario, el saneamiento, la reestructuración e inyección de capitales.

"Las entidades financieras deben competir en igualdad de condiciones, pero sometidas a un marco de regulación y supervisión riguroso que exija un nivel de capital suficiente, que cuide con especial celo la calidad de las cuentas y que se preocupe también de que la relación con los clientes se base en la transparencia", concluyó.

Ricardo Marino, presidente de Felaban, comentó que para recuperarse la caída en la producción y el aumento del desempleo se debe revitalizar primero al sector financiero. En el caso de América Latina, Marino indicó que las economías dolarizadas o de países dependientes de Estados Unidos, como México, serán las más afectadas. Aunque aseguró que se han observado mínimos signos de recuperación en otras, como las de Brasil, Perú y Chile, esto debido al restablecimiento del crédito y el impulso de las inversiones.

"En América Latina la banca es parte activa de la solución, no del problema. En la región no hubo quiebras de bancos importantes, ni pánicos financieros, ni paquetes ruinosos de hipotecas de alto riesgo. Nuestras instituciones se encuentran fuertemente capitalizadas y las reservas están a niveles considerablemente más elevados que en el resto del mundo; [Latinoamérica] es pionera en aplicar las normas de riesgo con extremo rigor, cosa que no ocurrió en los países desarrollados", destacó el representante de la banca.

Marino añadió que Felaban trabaja en el perfeccionamiento de los marcos regulatorios, que incluyan esquemas que garanticen el acceso a los servicios financieros de las poblaciones vulnerables, la elaboración de un código de mejores prácticas, el fortalecimiento de los modelos de gestión y que impulse la educación financiera para mejorar la imagen de la banca. El organismo hizo una llamada a las instituciones financieras para que reconozcan la necesidad de aplicar medidas de protección más rigurosas.

Los riesgos seguirán latentes mientras no se conozca la evolución y el comportamiento de la economía internacional, apuntó Enrique Iglesias. Uno de los riesgos, añadió el secretario general iberoamericano, es la ralentización de la economía causada por la reducción del crédito, las medidas proteccionistas en el comercio y la falta de estímulos para incrementar la demanda. Pese a todo, Iglesias aseguró que esta coyuntura brinda una enorme oportunidad a América Latina para aprovechar su posición geográfica y su capacidad productiva e invertir en la educación para impulsar su desarrollo.