EE UU y la UE han inyectado ya seis billones en el sistema financiero
El Congreso estadounidense asegura que los planes de ayuda han tenido un éxito "mixto". -La UE admite que queda por limpiar los balances de los bancos
Seis meses después de la cumbre del G-20 de Washington que acordó la puesta en marcha de planes de estímulo fiscal para superar el deterioro económico, llega la hora de hacer balance. En total, los dos principales actores de la crisis, Estados Unidos y la Unión Europea, han inyectado a los mercados financieros seis billones de euros a partes iguales, cifra que representa casi la mitad del PIB de EE UU y algo más de cinco veces el de España, según los datos del FMI. No obstante, a pesar de que se trata de un desembolso sin precedentes en la historia moderna, sus resultados no han sido del todo satisfactorios en la medida en que los problemas de liquidez y desconfianza siguen presentes a la espera de que las entidades se deshagan de sus activos tóxicos, valorados por el FMI en otros tres billones.
Diferente es el caso de la economía real, donde las medidas están empezando a notarse en estos momentos y donde la crisis está provocando un fuerte aumento del paro, según se constató en la cita de los países más poderosos y en vías de desarrollo celebrada la pasada semana en Londres y donde el G-20 aumentó los fondos para los estados más desfavorecidos.
En Estados Unidos, la Comisión de Supervisión del Congreso, encargada de evaluar los progresos del plan de rescate financiero aprobado en octubre de 2008, considera que su éxito puede considerarse "mixto". En un informe, este grupo concluye que "es posible que el Tesoro falle en reconocer la profundidad de la actual crisis y el grado en el que la baja valoración de los activos problemáticos refleja adecuadamente su valía", lo que obligaría al departamento encabezado por Timothy Geithner a adoptar soluciones diferentes.
El informe, que defiende que la solución más efectiva es la liquidación de las entidades con problemas y el despido de sus ejecutivos, recuerda que el total de las ayudas, préstamos y garantías proporcionadas hasta la fecha superan los cuatro billones de dólares (unos tres billones de euros), de los que 590.400 millones de dólares (446.679 millones de euros) corresponden a gastos o compromisos del Tesoro, mientras que la Reserva Federal ha expandido su balance en unos 1,5 billones de dólares (1,1 billones de euros) en préstamos y compras de títulos de agencias como Fannie Mae o Freddie Mac.
Bruselas insta a la banca a limpiar sus balances
Al otro lado del Atlántico, la Comisión Europea ha hecho público hoy un informe en el que asegura que desde septiembre de 2008 más de 50 medidas nacionales para estabilizar el sistema financiero por un valor total de unos 3 billones de euros. Las medidas se dividen en mecanismos de garantías a entidades financieras (2,3 billones), planes de recapitalización (300.000 millones) y medidas específicas de reestructuración (400.000 millones). En este punto, comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes, ha recalcado que han cumplido con su objetivo de impedir la "desintegración" del sistema financiero, pero ha enfatizado que ahora este sector tiene la responsabilidad de "limpiar sus balances y reestructurarse para asegurar un futuro viable".
No obstante, el texto añade que las ayudas públicas serán "significativamente menores" en la realidad, ya que los fondos destinados a garantías constituyen normalmente una parte pequeña de la cantidad garantizada. Además, Bruselas ha dado su visto bueno en este periodo a 25 medidas de diez países de la Unión para ayudar a las empresas con problemas de acceso al crédito a mantener su actividad y los puestos de trabajo. Kroes ha destacado que el control y autorización de estas medidas por parte de la CE "ha prevenido que los Estados miembros cayeran en la trampa del proteccionismo y exportaran sus problemas a los otros".
La Comisión ha recalcado que las medidas autorizadas para rescatar al sector financiero han impedido "una carrera de subsidios" y han mantenido unas condiciones similares para todas las empresas, de forma que se han "salvaguardado los intereses" de las entidades financieras sanas que no precisaban de ayudas estatales.
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