El precio de los activos 'tóxicos' en EE UU se fijará por subasta
El programa comenzará con 370.000 millones ampliables a 738.000 y contará con la participación activa del sector privado. - Obama avisa de que este plan no hará llegar el crédito al mercado de la noche a la mañana
El departamento del Tesoro ha anunciado hoy un programa de inversiones públicas y privadas que comenzará con 370.000 (500.000 millones de dólares) y podría llegar a 738.000 millones de euros (1 billón de dólares) para la compra de activos tóxicos procedentes del sector inmobiliario con el objetivo de acelerar la recuperación del sistema financiero y sacar al país de la crisis. Además, para evitar que el Estado sobrevalore estos activos, su precio se fijará mediante una subasta entre los inversores privados. En total, se calcula que los bancos de EE UU tienen en sus balances en torno a un billón de dólares en créditos de mala calidad y, según ha anunciado el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, "es inevitable" que el Estado asuma riesgos.
El funcionamiento del nuevo plan es sencillo, implica una importante inversión por parte del gobierno y deja en manos del Estado gran parte de las posibles pérdidas.
Obama, que se ha mostrado "confiado" en que el plan funcione, no ha tardado en subrayar que, aunque se trata de un elemento crucial en la recuperación, este plan no aumentará el crédito en los mercados de la noche a la mañana. "La buena noticia es que tenemos un elemento esencial más en nuestra recuperación, pero todavía tenemos un largo camino por recorrer y mucho trabajo por hacer", ha comentado ante los periodistas.
En esa misma línea, algunos analistas consultados por la agencia Bloomberg ya apuntan que se tardará un tiempo en ver la verdadera eficacia de este plan, puesto que la reacción de los inversores, en un principio positiva, no está aún garantizada. Sin embargo, las bolsas lo han recibido con optimismo y el Dow Jones de Wall Street lideraba las subidas en los principales mercados mundiales para anotarse cerca de un 4% una hora después de la apertura.
Para financiar el plan, el Gobierno usará entre 75.000 y 100.000 millones de dólares del socorro financiero aprobado en octubre pasado por el Congreso. El plan, ya perfilado por Geithner en varias ocasiones, se concreta a través de la creación de una agencia con el nombre de Corporación de Inversión Pública que combinará recursos provenientes de la Reserva Federal, de inversores privados y de la Corporación Federal Aseguradora de Depósitos, una institución que también es pública.
El proyecto, que se incluye dentro de un plan más amplio conocido como Programa Estatal-Público de Inversión (PPIP, por sus siglas en inglés), nace con tres objetivos principales: "maximizar el impacto de cada dólar proveniente de los contribuyentes; compartir los riesgos pero también los beneficios con los participantes en el fondo provenientes del sector privado y, por último, para evitar que el Estado sobrevalore estos activos, los inversores privados pujarán entre ellos por los créditos y productos financieros devaluados". En este punto, la agencia dispondrá de dos mecanismos asociados, uno para los préstamos y otro para los títulos asociados a los activos inmobiliarios, para gestionar los activos que pasen a sus manos.
Una opción con más ventajas
El Gobierno espera que participen fondos de pensiones, fondos de inversión y otros grandes inversores a largo plazo. El texto difundido por el Departamento del Tesoro (en inglés) señala que la opción escogida y que incorpora a los inversores privados ofrece más ventajas que dejar al sector que se deshaga por sí solo de estos activos de escaso valor ya que, en opinión de las autoridades económicas estadounidenses, esta posibilidad prorrogaría la crisis. Por otra parte, destacan que una actuación en solitario del Gobierno colocaría todo el riesgo que ahora está en poder de los bancos en manos de los contribuyentes.
Este intento ha sido mejor recibido por los inversores que los anteriores planes de rescate, incluido el más importante dotado con más de 800.000 millones de dólares. La semana que empieza va a ser decisiva para definir el plan económico de Estados Unidos a largo y corto plazo. La Casa Blanca se propone presentar en los próximos días una regulación para reescribir las reglas del sistema financiero, para evitar una acumulación del riesgo como la que originó esta crisis y reforzar los poderes de la Reserva Federal. Una hoja de ruta que se espera sirva además de guía para cambiar la arquitectura financiera internacional, que se tratará en la reunión que el próximo 2 de abril tendrá el G-20 en Londres.
Cómo funciona el nuevo plan de Obama
El Departamento del Tesoro ofrece una explicación muy sencilla del funcionamiento del plan. Digamos, por ejemplo, que existe un activo tóxico cuyo valor inicial es de 100 dólares. Ese activo sale a subasta y gana un comprador que ofrece 84 dólares.
La Corporación Federal Aseguradora de Depósitos (F.D.I.C. en sus siglas en inglés), entidad de nueva creación, garantiza 72 de esos 84 dólares. Los 12 dólares restantes se los reparten a partes iguales entre el Departamento del Tesoro (que utiliza para ello parte de los 700.000 millones del plan de rescate originario) y la otra mitad para el inversor, que contribuye por tanto con seis euros.
De esta manera, por un riesgo relativamente pequeño, el inversor puede conseguir beneficios si el valor se recupera. Si el valor pierde, el inversor privado puede salir de la inversión y las pérdidas son asumidas en su mayoría por el Estado a través de la F.D.I.C
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