México debate su polémica reforma energética
La oposición acusa al Gobierno de intentar "privatizar" la industria petrolera
El Senado mexicano ha iniciado este martes la discusión sobre un polémico proyecto de reforma energética que ha dividido a la sociedad e interesa especialmente a las multinacionales del sector, incluidas las españolas, interesadas en participar en la producción de petróleo.
La iniciativa gubernamental original, que levantó protestas encabezadas desde los sectores más izquierdistas y fue suavizada por el Legislativo, proponía que el sector privado participara con recursos y tecnología propia en la exploración de nuevos yacimientos en aguas profundas ante el limitado presupuesto que tiene la petrolera estatal Petróleos Mexicanos (Pemex).
El borrador finalmente aprobado por las comisiones legislativas otorga mayor autonomía de gestión a Pemex y omite los contratos de riesgo, lo que evita compartir las ganancias de la producción de crudo con las empresas subcontratistas y, según los principales partidos, elimina la posibilidad de entrada de capital privado en la industria petrolera.
Según el presidente del Senado, Gustavo Madero, "se ha planteado una reforma que resuelve gran parte de los problemas estructurales que tiene Pemex, en el sentido en que le da mayor autonomía y mayor flexibilidad para hacer adquisiciones y contratos", pero se mantendrá en todo momento el dominio directo del Estado sobre los hidrocarburos y no se concederá derecho alguno sobre las reservas petroleras a los contratistas o proveedores, por lo que los privados no las podrán registrar como activos propios.
El líder izquierdista Andrés Manuel López Obrador, que en abril pasado ordenó a sus legisladores ocupar el Congreso para frenar la discusión de la reforma, amenaza ahora con nuevas movilizaciones callejeras y con tomar otra vez la sede del Legislativo si se intenta "privatizar" la industria petrolera, nacionalizada en 1938.
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