El G7 se muestra dispuesto a cancelar toda la deuda multilateral
Los países más industrializados reclaman "más flexibilidad" en los tipos de cambio a China
El Grupo de los Siete (G7, organismo que reúne a EE UU, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Japón y Canadá) ha expresado esta tarde su disposición a cancelar la deuda multilateral de las naciones más pobres del mundo, al tiempo que ha reclamado "más flexibilidad" en los tipos de cambio para los grandes países, en alusión a China. Al término de una reunión de dos días celebrada en Londres, el ministro británico de Economía y anfitrión de la reunión, Gordon Brown, ha señalado que esa posible cancelación de la deuda por parte del G7 será analizada "caso por caso" para las naciones más pobres del mundo, incluidas en la iniciativa HIPC.
En septiembre pasado, Brown ya anunció que el Reino Unido iba a condonar la parte que le corresponde de la deuda multilateral contraída por 37 de los países más pobres del mundo con el Banco Mundial (BM) y el Banco Africano de Desarrollo, como medio de presionar al resto de sus socios del G7. Los ministros de Economía y los gobernadores de los bancos centrales de las naciones más industrializadas han admitido esta tarde que "hay que hacer más" para mejorar la situación de los países pobres. En la rueda de prensa final, Brown ha sido tajante: "Londres 2005 será recordado, en mi opinión, como la cumbre del 100% del alivio de deuda".
Los países del G7 recibirán una propuesta de las instituciones multilaterales sobre cómo llevar a cabo ese alivio de deuda y volverán a estudiar este asunto en abril durante la asamblea del Fondo Monetario Internacional (FMI). El director gerente del FMI, Rodrigo Rato, presentará entonces un informe sobre el posible uso de las reservas de oro de ese organismo para el alivio de deuda, una iniciativa británica que no cuenta con el apoyo de EE UU, que está a favor de un sistema de donaciones. Tampoco tiene la aceptación de Washington la propuesta de Londres de crear un Mecanismo Financiero Internacional (IFF) que duplicaría la ayuda exterior hasta los 100.000 millones de dólares, que en cambio sí ha encontrado el apoyo de Alemania, Francia e Italia, según ha indicado Brown.
EE UU no está convencido
En una rueda de prensa separada, el subsecretario estadounidense del Tesoro, John Taylor, ha precisado que el proceso legislativo en su país no permite ese mecanismo y ha defendido que Washington está "completamente comprometido con la reducción de la pobreza y con proveer financiación con ese objetivo". Aunque ha vuelto a señalar que no está convencido del uso de las reservas del FMI, ha sido más moderado que ayer en sus declaraciones al apuntar que será un tema que deberá "estudiarse". En cualquier caso, Brown ha destacado por encima de todo la importancia de que el G7 estudie cancelar toda la deuda de las naciones más pobres y ha restado importancia a la posición de EE UU: "Nunca se había dicho en los siete años y medio que participo en estas reuniones y soy el ministro más longevo".
El chancellor ha señalado que confía en que su propuesta sea apoyada por la Unión Europea (UE) en su conjunto y destacó que ya tiene la aceptación de los países emergentes y en desarrollo. Aseguró que los países del G7 "están reconociendo que se necesitan más recursos" para lograr las Metas del Milenio de la ONU, que incluyen reducir la pobreza a la mitad en 2015. En su comunicado, los países ricos muestran su disposición a "hacer esfuerzos, en especial en África, que en sus actuales niveles de progreso no alcanzará ninguna de las Metas de Desarrollo del Milenio en 2015". Los países del África subsahariana deben unos 70.000 millones de dólares a las instituciones multilaterales, que ahora deberán presentar sus propuestas sobre cómo garantizar que se lleva a cabo ese alivio de deuda.
El presidente de turno de la UE, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, ha anunciado, también en una rueda de prensa separada, que propondrá en la próxima reunión de ministros de Economía la aplicación de un impuesto sobre el queroseno de los aviones para ayudar al desarrollo. Además, y como se esperaba, el G7 ha concluido su reunión de Londres abogando en su comunicad por "más flexibilidad" en los tipos de cambio para los grandes países, en alusión a China, y alertando de que "un exceso de volatilidad y movimientos desordenados en los tipos de cambio no son deseables para el crecimiento económico".
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