El Eurogrupo logra consensuar los primeros pasos para la reforma del Pacto de Estabilidad
Solbes quiere cerrar el debate en noviembre
El presidente del Eurogrupo, el holandés Gerrit Zalm, ha manifestado que ha encontrado cierto "consenso" entre los Estados miembros en el comienzo del debate sobre la reforma del Pacto de Estabilidad y de Crecimiento, aunque ese "acuerdo político debe plasmarse todavía en el detalle".
Los ministros de los Doce han abordado hoy este espinoso tema en Scheveningen, La Haya, en base a la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE del pasado mes de julio y las propuestas presentadas por el comisario de Economía, Joaquín Almunia, el día 3 de septiembre para la adecuación de la aplicación del texto al ciclo económico en cada caso. Una vez iniciado el debate, Zalm ha dicho que no hay que esperar resultados en esta reunión, si no encontrar "un terreno común" para futuras discusiones.
El vicepresidente del Gobierno, Pedro Solbes, que respaldó la propuesta del comisario Joaquin Almunia, ha dicho incluso que ha sentido estas ideas "como suyas", a pesar de que había algunos cambios respecto a lo que él mismo había elaborado durante su trabajo en Bruselas.
Solbes ha asegurado que hoy se ha producido "un buen debate" en el que se ha reunido un consenso bastante amplio en la mayor parte de los temas, en especial, en no modificar el Tratado y no cambiar los puntos fundamentales del Pacto.
Los problemas, argumentados sobre todo por Austria, Finlandia y Holanda, en cambio se centraron en la definición de la aplicación "caso por caso", la relación entre sostenibilidad y deuda y el reconocimiento por parte de Eurostat de la validez de las estadísticas proporcionadas por las capitales. Respecto a la polémica cuestión de la definición de "circunstancias especiales", el ministro ha advertido de que si ésta es demasiado amplia se incurre en el riesgo de "desnaturalizar el Pacto".
Noviembre como objetico
Solbes ha abogado por que el debate llegue a su cúlmen en noviembre, con el fin de que los programas de estabilidad nacionales para 2005 ya sean analizados por la Comisión Europeo bajo el nuevo Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
Las sugerencias de Bruselas "no son un debilitamiento del Pacto", ha dicho por su parte el ministro de Finanzas alemán, Hans Eichel, al tiempo que ha apuntado que hay que aplicar esta norma "con una lógica económica". Eichel conminó asimismo al Banco Central Europeo (BCE) a emitir una sola voz al respecto -el Bundesbank se ha desmarcado esta semana con una crítica feroz al texto- puesto que la "multiplicidad de voces no ayuda".
El ministro francés de Economía, Nicolás Sarkozy, ha celebrado la convergencia de opiniones en este terreno, puesto que "quedan ya lejos los momentos en los algunos no querían tocar nada y otros reformarlo todo". "Estas propuestas marcan una voluntad de pragmatismo", ha agregado.
"El Pacto es imprescindible", ha dicho Sarkozy, puesto que no es necesario el cambio del Tratado y de las cifras de referencia, pero sí algunos cambios en el Reglamento "si es necesario". Puso como ejemplo la obligación de que los países que superan el 3% de déficit público tengan que volver por debajo de este límite en un año, como ha ocurrido con Portugal y Holanda.
Sarkozy subrayó que el Eurogrupo tiene en cuenta así la experiencia de los cinco años de moneda única que no podían obviarse. Asimismo, valoró positivamente la idea de coordinar las hipótesis sobre las que se basan los programas de estabilidad de cada Estado miembro, por una cuestión de pura coherencia para la moneda única.
Por su parte, el ministro austriaco Karl-Heinz Grasser, que es un conocido opositor a la reforma del Pacto, ha lamentado que la propuesta de la Comisión sea considerada como un debilitamiento del mismo. "Austria no se asociará jamás a un debilitamiento del pacto", ha subrayado. "Lo que necesitamos es una estricta aplicación del mismo, de la voluntad de los ministros para aplicarlo, de su puesta en marcha de manera igual a todos los países", dijo rechazando el trato de favor a los grandes países del que ya han gozado Alemania y Francia.
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