Méndez y Fidalgo dudan de que Zaplana pueda restablecer el diálogo social
Los líderes sindicales exigen al nuevo Ejecutivo que "se aclare" tras la crisis de Gobierno
El secretario general de UGT, Cándido Méndez, y el de CC OO, José María Fidalgo, dudan de que se vaya a restablecer el diálogo social con la incorporación en el Gobierno de un nuevo ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, mientras no retire la reforma del desempleo o se mejore sustancialmente su contenido.
Los sindicatos han pedido al Ejecutivo que les aclare quién es su interlocutor y advierten que el diálogo social no se arregla "tomando café" con Zaplana, sino retirando el decretazo, para lo que han convocado una macromanifestación el próximo 21 de septiembre en Madrid.
"La llamada de Zaplana [a los sindicatos] no la veo como ninguna vía de salida. Le deseo sin embargo suerte en el lío en el que lo han metido", ha señalado Fidalgo, para quien "un café" o "un zumo" con el nuevo ministro de Trabajo no solucionará las cosas, que sólo se resolverán si el Gobierno atiende las demandas de los sindicatos.
En una rueda de prensa conjunta celebrada tras entrevistarse ambos con los máximos dirigentes del grupo parlamentario de Coalición Canaria (CC), Méndez ha asegurado que ayer mismo los dos sindicatos comunicaron al propio Zaplana que el presidente del Gobierno, José María Aznar, tiene un "problema" y es que "no se aclara" a la hora de designar interlocutores para hablar con las centrales sindicales.
Recuperar "la iniciativa perdida"
Tampoco parece que esté muy claro dónde les recibirá el secretario general del PP, Javier Arenas, si en la sede del partido, en Génova, o en el Ministerio de Administraciones Públicas, que ahora también dirige. En este sentido, Méndez ha añadido que, con la crisis de Gobierno, que ha tilado de "profunda y estridente, por numerosa, ya que afecta a muchos ministros", Aznar intenta recuperar "la iniciativa política porque la ha perdido".
Por su parte, Fidalgo ha insistido también en la retirada del decretazo, ya que el Gobierno que debería "aceptar las consecuencias sociales de la huelga general" celebrada el pasado 20 de junio.
Ayer, Zaplana había estrenado su cargo con el compromiso de "fomentar", al mismo nivel, "el diálogo social y las reformas necesarias para lograr el pleno empleo", aunque no hizo la más mínima referencia ni al decreto-ley del desempleo ni a la huelga del 20 de junio. Anunció que dedicará a ese doble objetivo su "mejor predisposición, voluntad y entusiasmo", y admitió la posibilidad de fracasar. Por la tarde, Zaplana telefoneó a los líderes de sindicales con la promesa de "ya hablaremos".
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