La revancha en el callejero
Le resulta tan necesario al Partido Popular mostrar su poder hasta el punto de que esa exhibición tenga el aire de una revancha?
Parece que sí. Ahora ha pasado en Sevilla, donde el alcalde Zoido, armado de una encuesta sobre la que él mismo titubea, decidió borrar del callejero el nombre de Pilar Bardem, se supone que por indeseable.
No es una corrección del callejero: es una grosería. Pues se trata de mostrar a la ciudadanía, en la que habrá de todo, y el alcalde debe ser alcalde de todos, que a Zoido y a los suyos no les gusta lo que esa actriz representa.
¿No le gusta como actriz y como ciudadana? ¿No le gusta que le gustara, como actriz, como ciudadana, a sus antecesores?
España es un país de gustos y disgustos que se muestran demasiado irrespetuosamente, eso ya se sabe; la tolerancia habita más allá de la política, a veces, y en ocasiones ese disgusto se manifiesta groseramente, utilizando, además, argumentos falaces para explicar por qué borran lo que otros honraron.
En este caso, Zoido ha dicho que recibió numerosas peticiones de ciudadanos que querían imperiosamente que Pilar Bardem se fuera del callejero. Será cierto que unas 2.000 firmas acudieron a su despacho en busca de esa revancha supuestamente imprescindible, pues de revancha se trata. Pero, si se miran las hemerotecas se advierte que antes de Zoido estrenara alcaldía ya había explicado en público el propósito que animaba su animadversión: en cuanto llegara al puesto para el que pedía el voto esa calle se quedaría fuera de circuito.
Detrás y delante de esa vía, una calle pequeña de Sevilla, hay otros nombres, algunos ilustres, como el de José Saramago, y otros que han caído ahí por la fuerza que la tradición convoca. La Malvaloca, por ejemplo.
Y Zoido buscó, entre los arcanos de su imaginación religiosa, que la Virgen de las Mercedes era imprescindible en ese sitio preciso del callejero, pues así se lo habían soplado miles de sevillanos...
¿Era necesario? Era innecesario. Pero, desde el punto de vista del alcalde, debe ser útil, pues así, ofendiendo la presencia de la actriz, es posible que se lleve o conserve el voto de los devotos...
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