Gallardón plantea el divorcio ante notario aunque haya menores
El ministro quiere desahogar los juzgados sacando las bodas y rupturas de mutuo acuerdo - Los expertos advierten del riesgo de quitar la tutela judicial
Bodas y divorcios ante notario. Es la propuesta del Gobierno para desatascar los juzgados. El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, anunció ayer su intención de reformar el sistema para que los matrimonios civiles puedan formalizarse ante fedatarios públicos. También aquellos divorcios en los que hay común acuerdo. La iniciativa, que ayer celebró el Consejo del Notariado, preocupa, sin embargo, a abogados de familia y fiscales. Alertan de que elimina el control judicial sobre las medidas alcanzadas en estos acuerdos de divorcio, pone en riesgo a la parte más vulnerable de la pareja y a los menores, si los hay. En la actual normativa, el Ministerio Fiscal revisa los convenios -también los consensuados- para garantizar que salvaguardan los derechos de los menores. No obstante, Justicia asegura que estos intereses se respetarán.
El sector cree que creará una justicia a dos velocidades: para pobres y ricos
Gallardón cree que el nivel de litigiosidad de España es mayor al de la media europea y que se tramitan en los tribunales asuntos que deberían resolverse por otros cauces, lo que contribuye -dice- a la saturación de la Administración. "No tiene sentido que un divorcio de mutuo acuerdo no pueda ser directamente formalizado ante un notario por las partes. También podría ser aplicado en el matrimonio civil", dijo en una entrevista en la Cope, en la que anunció que impulsará esta ley de mediación y jurisdicción. La medida afectaría a las casi 70.000 parejas que se divorcian por consenso cada año y las cerca de 100.000 que se casan por lo civil.
Justicia no ha calculado aún, sin embargo, cuánto podría suponer el ahorro -económico y temporal- de una propuesta que "aún no es firme" y tiene que perfilarse. El anuncio se produce un día después de la reunión del ministro con miembros del Consejo General del Notariado, en la que los fedatarios se propusieron para asumir nuevas funciones para "descongestionar" los tribunales.
La Asociación de Mujeres Juristas Themis o Jueces para la Democracia critican que el nuevo sistema puede significar en realidad una privatización de bodas y divorcios. "Puede derivar en una justicia a dos velocidades: una para quien pueda sufragársela y otra para quien carezca de medios", argumenta José Luis Ramírez, portavoz de Jueces para la Democracia. Las personas con derecho a la asistencia gratuita, contesta Justicia, también tendrán acceso a esta nueva fórmula.
"La propuesta, además de ser inconcreta y deslavazada, parece una forma de compensar a los notarios", opina Ángela Cerrillos, presidenta de Themis. "En los procedimientos de familia lo importante no es ahorrar tiempo -porque desde que llegan al juzgado hasta que se resuelven no suelen dilatarse-, sino garantizar los derechos de las partes más débiles. Tememos que esta medida no lo haga", añadió Cerrillos.
Porque lo que más preocupa a los expertos es que la pérdida de tutela judicial de los procesos de divorcio consensuados repercuta en los más débiles. Consuelo Abril, miembro de la Asociación de Abogados de Familia, cree la medida "un disparate". Se pregunta, además, si será el notario quien analice si lo firmado garantiza los derechos de los menores. "Aunque los dos miembros de la pareja estén de acuerdo con el convenio es el Fiscal quien decide si es bueno para el menor", apunta.
A María Moretó, presidenta de la Unión Progresista de Fiscales, también le inquieta la posibilidad de que su figura desaparezca en estos procedimientos. Explica que la oposición de la fiscalía a lo acordado no es tan infrecuente. "Solemos hacerlo en los casos en los que no se prevé un régimen de visitas alternativo o se fija uno que es demasiado intensivo para el menor; también cuando se acuerda que una de las dos partes no contribuya a nada", explica.
Justicia cree, por el contrario, que en los divorcios consensuados no tiene por qué haber problemas. "Si se viese que hay algún conflicto con la custodia, por ejemplo, se solicitaría la intervención del fiscal. Siempre van a prevalecer los derechos del niño", dicen fuentes del ministerio.
Pero además de los hijos, alertan los abogados de familia, estos divorcios sin supervisión judicial -el juez también analiza que los términos del acuerdo son correctos para ambas partes- pueden favorecer separaciones desiguales y bajo presión.
Para Patricia Peláez, profesora titular de Derecho Civil de la UNED, la medida esbozada ayer por Gallardón es "problemática". Además de la adecuada protección de los menores, deja otros muchos flecos y dudas sin resolver, plantea. "Puede provocar un eventual encarecimiento de los procesos, porque a los notarios hay que pagarlos -aunque el Gobierno fije para estos asuntos unos aranceles bajos-, a los jueces no", dice. Además, los juzgados tienen establecido un sistema de distribución de los casos, "cómo se hará ese sistema de elección con los notarios, ¿escogeré uno y si no me gusta lo que dice iré a otro?", se pregunta.
Los divorcios, aunque sean de común acuerdo, no siempre son fáciles. Y tienen un recorrido posterior. "A quién se recurrirá después si se quiere revisar la sentencia firmada por el notario porque la situación de una de las partes ha cambiado y se quiere solicitar una revisión", incide Peláez. "Esta medida no sirve para descargar el sistema de trabajo", dice. Tampoco la opción de casarse ante notario liberará a los jueces de grandes cargas. De hecho, la nueva ley de registro civil -de julio de 2011 y que tiene tres años para hacerse efectiva- fija que los jueces ya no se encargarán de los registros civiles y que serán los funcionarios quienes casen (si no se escoge la opción, por ejemplo, de un alcalde o concejal) a las parejas por lo civil.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.