Ovidio Fernández, el método clínico
Viejas historias de las Tierras de Trives cuentan que el Río Navea, a su paso por la comarca, deja en sus orillas semillas de conocimiento. Bajo los puentes romanos, en las raíces de los esbeltos alisos, junto a las hojas caídas de los castaños... Y debe de ser verdad, a juzgar por la concentración de profesionales de éxito que brotaron en sus pueblos y aldeas a mediados del siglo pasado: jueces, médicos, investigadores, ingenieros...
Entre ellos está el internista Ovidio Fernández, hijo y padre de Ovidios. Tres generaciones nacidas de una buena semilla que un ya lejano día germinó en San Xoán de Río, cuando el abuelo decidió seguir el curso de las aguas desde su Chandrexa de Queixa natal, para afincarse allí y dedicar la existencia a la familia, al trabajo y a la esperanza de un mundo mejor para sus semejantes.
Conocí al abuelo Ovidio caminando orgulloso del brazo de su hijo y puedo decir de él que era bueno, tolerante, sencillo, metódico y culto. Fue un autodidacta que en los años del hambre y la pobreza, mientras cuidaba del campo y los animales. Leyó todo lo que pudo, aprendió de cuanto le rodeaba y pensó lo suficiente como para salir solo de la ignorancia y enseñar a sus hijos a hacer de la vida un camino sólido, abierto a las ideas y a las personas. Y hablo tanto del abuelo porque sin su figura no se entenderían ni la del hijo ni la del nieto. Marcados por sus valores. Transmisores, a su vez, de su generosa y democrática forma de entender el mundo.
Ovidio Fernández conoció en sus años jóvenes en Madrid -en la Clínica de la Concepción donde se hizo internista- el mejor de los métodos para acercarse a los pacientes: la historia clínica, la exploración física, el sentido común, el estudio tenaz y la experiencia. Una infalible hoja de ruta que siempre conduce al diagnóstico y al tratamiento más adecuados. Desde la paciencia, el respeto y la empatía con el enfermo.
La Residencia Sanitaria, ahora parte del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense, nació con Ovidio Fernández y otros pocos compañeros. A ella se dedicó entonces por entero. Fueron noches de celadores llamando de madrugada al timbre del portal, de la primera cardioversión eléctrica, del germen de los cuidados intensivos...
Ovidio es la historia viva de la brillante andadura de la sanidad pública española desde los años sesenta hasta la actualidad. También un reconocido referente en Ourense, Galicia y España de la Medicina Interna. Y en estos últimos años de trayectoria profesional, un apasionado por el estudio de los lípidos y los factores de riesgo cardiovascular.
Ovidio es feliz paseando con Mari Carmen por las calles de la ciudad, cuidando a sus nietos, comiendo en la casa de San Ciprián con la familia o con los compañeros del servicio, charlando en la cafeteria de lo divino y de lo humano... Invitando siempre él, sin opción a negociación alguna. Generoso como el abuelo.
Pero donde Ovidio disfruta en plenitud es en la Sesión Clínica de las mañanas, cuando se presenta el caso difícil, controvertido... Donde la medicina todo lo llena. Donde se aplica el método clínico al que ha dedicado toda su vida, desde que de niño corría por las orillas del Navea, allá por San Xoán de Río.
Peldaños
1940, San Xoán de Río (Ourense). Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Santiago. Doctor Emérito del Servizo Galego de Saúde.
Académico Correspondiente de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Galicia.
1978-2010. Jefe de Servicio de Medicina Interna del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense.
1980-2010. Jefe de estudios y presidente de la Comisión de Docencia del hospital de Ourense.
1989-2010. Profesor asociado en Ciencias de la Salud de la Universidad de Santiago.
1995-1997. Presidente de la Sociedad Gallega de Medicina Interna.
1994-1998. Presidente del Colegio Oficial de Médicos de Ourense.
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