Los Chillida tensan la cuerda para que las instituciones compren Chillida-Leku
Gobierno y Diputación ofrecen asumir la gestión con un acuerdo de colaboración
La reapertura de Chillida-Leku se ha convertido en un diálogo de sordos entre las instituciones públicas y los herederos del escultor vasco en la infructuosa búsqueda de un acuerdo que haga viable que el museo vuelva abrir sus puertas al público después de un año cerrado por déficit económico. Las instituciones ofrecen asumir la gestión del museo a través de un convenio de colaboración económica, que aún no han concretado, y la familia se mantiene en que solo se abrirá Chillida-Leku si se da la opción de compra-venta. Dos posturas que chocan frontalmente y dificultan clarificar el futuro del museo.
El último capítulo de las negociaciones entre el Gobierno vasco, la Diputación Foral de Gipuzkoa y los herederos de Chillida para reabrir Chillida-Leku se jugó ayer a cuatro bandas. La consejera de Cultura Blanca Urgell y la diputada foral de esta área, Ikerne Badiola, se reunieron con los representantes legales de los Chillida en la sede del Gobierno vasco en San Sebastián, una reunión que en diciembre se planteó inicialmente con los herederos. Horas después la familia envió un comunicado para valorar dicho encuentro.
Urgell y Badiola pusieron encima de la mesa su disposición a asumir la "gestión" del museo siempre y cuando la familia del escultor aclare si su "voluntad es efectivamente" reabrir el museo "en el plazo más breve posible". Durante la reunión, los abogados de los Chillida plantearon algunas de las dudas que tiene la familia sobre la gestión.
Las instituciones reiteraron una vez más que la "vía de un convenio de colaboración" con la Fundación Chillida-Belzunce sería el camino más conveniente en la actual situación económica y que podría suponer, por un lado, que los herederos del escultor gestionaran el museo y recibieran aportaciones públicas para cubrir el déficit, que las instituciones se hicieran cargo de esta labor directamente o bien que se buscara una fórmula mixta. "No hemos hablado de números, ni de qué implicaría esa entrada de las instituciones en el museo y lo que recibiría a cambio la familia", señaló Urgell a los medios de comunicación minutos después del encuentro con los abogados que ejercieron de emisarios.
Urgell no descartó la compra en un futuro: "En la situación actual no es posible, lo que no cierra la puerta a que en un futuro, cuando la situación económica cambie, se pueda hablar de ello. En este momento lo prioritario es abrir el museo y no hay que perder el optimismo", añadió.
El deseo de las titulares de Cultura del Gobierno y la Diputación de recibir una pronta respuesta por parte de la familia Chillida no se hizo esperar. A primera hora de la tarde, los herederos se hicieron presentes con el envío de un comunicado en el cual dejan claro de nuevo su postura. "Nuestra disposición es acordar con las instituciones públicas la transferencia de Chillida-Leku de manos privadas a públicas pero únicamente será posible considerar la reapertura libre al público en el contexto de una negociación de compra-venta", reza el texto.
La familia insiste que solo con una "propuesta de trabajo seria, con unos plazos claros y un firme compromiso firmado y respetando las tres condiciones de la familia [carácter monográfico, unidad y veto] podemos iniciar un proceso que pueda desembocar en la apertura del museo", añade.
Entre tanto, Chillida-Leku mantiene sus actividades para promover y divulgar el legado de Chillida. Mañana se inaugura una retrospectiva del escultor en el Museo Picasso de Münster, en Alemania.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.