Luto por "el padre de la Galicia moderna"
Feijóo glosa a Fraga como "el ejemplo a seguir en estos tiempos difíciles" - Antiguos rivales aplauden el impulso de la autonomía y lo contraponen al modelo actual del PP
El Pazo de Raxoi en Santiago, cuna de la Autonomía donde se instaló la primera presidencia de la Xunta, antes cárcel franquista, destiló luto ayer ya desde primera hora. Ante las tres banderas -de Galicia, España y la Unión Europea- anudadas con crespones negros, compareció Alberto Núñez Feijóo, traje y corbata también negros, para decretar tres días de duelo y despedir en siete minutos de declaración sin preguntas al "padre de la Galicia moderna y del bienestar". Al presidente que "legó el cambio de mentalidad de un pueblo que parecía dominado por la negra sombra hacia una sociedad que mira hacia adelante".
Feijóo trató a su antecesor como lo había hecho siempre en vida, desde que se puso a sus órdenes como conselleiro de infraestructuras en 2003, y como acostumbraban todos sus colaboradores. Para todos, subordinados y compañeros, afiliados y simpatizantes con los que se mezclaba en multitudinarias romerías, siempre fue "Don Manuel". El presidente gallego le agradeció que lograse "llegar, estar e irse con la dignidad del que sabe que lo deja todo mejor de lo que lo encontró".
Glosó su figura como español, gallego y hombre de Estado, y en las tres facetas quiso destacar virtudes. El español que contribuyó "a la mejor obra colectiva de los siglos XX y XXI que es la Constitución", el gallego que logró "la modernización de su tierra" y el "actor fundamental de la Transición, parte de la generación que apostó por una España abierta y plural". Su "sentido de Estado y su capacidad de conciliación" los situó como "ejemplo a seguir en momentos tan difíciles como aquellos".
El adiós institucional recordó las palabras que el propio Fraga pronunció en enero de 2006 cuando le cedió los trastos del PP gallego - "todo se va, todo cae, todo se acaba"-. Feijóo sumó otro verbo: "Todo permanece en la convivencia democrática que compartimos, la Galicia que recuperó décadas y sus compañeros de partido".Sin referencias a su pasado franquista, Feijóo despidió a alguien "inolvidable e inigualable" al que "como sucede con las personalidades trascendentales, cada uno recordará a su manera". Asociaciones, federaciones, partidos, sindicatos (UGT y Comisiones Obreras), empresarios y variopintas plataformas de todo pelaje no tardaron en sumarse al réquiem por un dirigente que los recibió a casi todos en incontables audiencias públicas.
De los hosteleros de Santiago, a la Asociación del Pueblo Gitano, todos tuvieron un comunicado para unirse al "profundo pesar" por la muerte de Fraga, alabar su "tenacidad y disciplina". La Fundación Amigos de Galicia describió a "un hombre tierno", la Xunta abrió un libro de condolencias en papel y otro en Facebook, y sus amigos de la emigración también recogerán firmas al otro lado del Atlántico en la sede del Gobierno gallego en Buenos Aires.
Ni siquiera sus rivales políticos escamotearon felicitaciones y halagos en el primero de los tres días de luto oficial. El BNG, a través de su portavoz parlamentario, Carlos Aymerich, relajó el tono de su comunidado del domingo y concedió que, por lejos que esté de sus posiciones políticas, gobernó Galicia durante 16 años "con el apoyo de los gallegos". Al contraponerlo con Feijóo, el Bloque ve ahora en el expresidente a "casi un nacionalista". Desde el PSdeG, su secretario general, Pachi Vázquez, destacó su "profundo cariño a Galicia y el impulso a la autonomía", pero fue su rival durante casi una década, el también expresidente Emilio Pérez Touriño, quien le prodigó más halagos: "Supo adaptarse a su tiempo y leer las necesidades políticas de cada momento". Calcó el calificativo de Feijóo para describir a un "protagonista indiscutible, testigo de primera fila de 60 años de la política española y gallega, una figura irrepetible, clave en la Transición".
"El franquismo no muere"
Lo menos condescendiente que repicaron los teletipos ayer en Galicia sobre Fraga fue su ideología "extremandamente conservadora". Solo Esquerda Unida defendió que con su adiós "no muere un franquismo que aún late en la persecución del juez Garzón" y reclamó indemnizaciones para los represaliados por la dictadura.
La Real Banda de Gaitas de Ourense, la misma que saludó con miles de efectivos cada mayoría absoluta en el Obradoiro, prepara un homenaje en la misma plaza para el sábado, tres días después de que Fraga sea enterrado hoy junto a su esposa en Perbes, donde pasaba los veranos.
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