Se busca crítico para optar al Oscar
La Academia de Hollywood solo aceptará en la carrera por el galardón los documentales con críticas en 'The New York Times' o 'Los Angeles Times'
Las palabras de un crítico de cine tienen el poder de santificar o destruir una película, aunque al final siempre sea el público quien acabe decidiendo qué título ver y los resultados de las taquillas no siempre coincidan con lo que dijeron los críticos. Pero en el complejo mundo del documental, con mucha menos audiencia que el cine de ficción, esas palabras tendrán desde el año próximo un poder incomparable: la Academia de las Artes y las Ciencias de Hollywood anunciará esta semana una nueva regulación que entre otras cosas obliga a los documentales que aspiren a entrar en la carrera por los Oscar a tener una crítica publicada en los diarios The New York Times o Los Angeles Times. Sin ella, los directores pueden olvidarse hasta de mirar hacia la estatuilla.
Michael Moore ha impulsado la nueva norma sobre la que llueven las críticas
Los filmes con más presupuesto primarán sobre los modestos
La nueva normativa, que también introduce cambios en quién y cómo se vota al mejor documental, aspira a evitar que las producciones concebidas para televisión puedan entrar en la competición. Paradójicamente su impulsor ha sido Michael Moore, el oscarizado director que gracias a Fahrenheit 911 o Bowling for Columbine consiguió impulsar el interés general por el género documental y conseguir que películas antes relegadas precisamente a la televisión ahora lleguen a la gran pantalla más a menudo.
El boom que ha vivido el documental durante la última década, facilitado también por el abaratamiento de la tecnología, ha provocado que se dispare el número de documentales que optan al Oscar. Y la Academia, en lugar de celebrarlo, parece molesta por ello. O al menos eso deducen algunos de sus miembros, que han criticado la decisión, tomada por su Consejo de Directores, sin previa discusión entre los 157 miembros que pertenecen al área de documental. "La Academia debería estar celebrando haber recibido 124 documentales este año y en cambio dicen que quieren menos. Llevan años tratando de deshacerse de 'esos malditos documentales' y ahora encima uno de los nuestros, Michael Moore, crea reglas que solo favorecerán más películas de estudio en detrimento de los documentales independientes", declaró a este diario Chuck Braverman, quien fue candidato a un Oscar en 2001 por su cinta Curtain Call.
Según declaró en The New York Times Ric Robertson, uno de los responsables de la Academia, el objetivo es conseguir que a los Oscar solo lleguen los documentales pensados para el cine, evitando que películas hechas para televisión consigan optar al galardón simplemente garantizándose un breve estreno en salas. "Perderemos buenas películas pero no perderemos buenas películas hechas para las salas de cine", admitió.
Eso significará que los filmes con mayor presupuesto y posibilidad de invertir en promoción serán los que primarán en las candidaturas mientras que una película pequeña como Balseros, del catalán Carles Bosch, producida por TV3, nunca habría sido candidato al Oscar como lo fue en 2004. La maleta mexicana, de Trisha Ziff, consiguió este año estrenarse en Nueva York y Los Ángeles a través del programa Docuweeks, que desde la International Documentary Association ha permitido que 186 documentales independientes se estrenen en los últimos 15 años y se postulen al Oscar. Siete de ellos lo ganaron. Pero The New York Times no hace críticas de Docuweeks y por tanto, el filme de Ziff ni siquiera hubiera podido presentar su candidatura (sí lo hizo pero al final no ha entrado en la preselección). Paradise Lost 3: Purgatory, de HBO y sin crítica en los mencionados diarios, tampoco estaría hoy camino del Oscar.
"Es una medida muy preocupante. Le quita el poder de decisión a los miembros de la academia para dárselo a los periodistas y por extensión, a los relaciones públicas, que son quienes tienen los contactos para que te publiquen una crítica. Además, ¿por qué unas críticas valen y otras no? La revista Time y Newsweek escribieron sobre mi película, pero según esta nueva normativa, ellos no cuentan. En cambio el LA Times me dijo que solo la publicaría cuando tuviera distribución comercial. Y muy pocos documentales llegan a distribuirse. Creo que es una forma de manipulación muy peligrosa y demuestra el poco interés de la Academia por el documental", afirma Ziff.
La normativa también afecta al sistema de votos: todos los miembros del área de documental tendrán que votar a todos los documentales, mientras que hasta ahora se votaba por grupos a grupos de películas, permitiendo que un filme pequeño como Burma VJ pudiera imponerse sobre filmes más populares como Capitalism: A love story, de Michael Moore, que en 2010 ni llegó a la preselección. Para Moore en cambio, se trata de que el proceso "sea más transparente y democrático", permitiendo que a los cinco finalistas los vote además toda la Academia.
Teniendo en cuenta que el 99% de los documentales que se producen nunca llegan a estrenarse comercialmente y mucho menos a conseguir una crítica, en foros como Doculinks, que reúne a cientos de cineastas, la medida ha desatado las iras de la comunidad, que además se pregunta qué opinan los medios 'ninguneados' por la medida. A. O. Scott, de The New York Times, ha dicho, por su parte, sentirse "halagado".
Daños colaterales
- Balseros, del catalán Carles Bosch, nunca habría sido candidato al Oscar como lo fue en 2004.
- La maleta mexicana, de Trisha Ziff no hubiera podido concursar. Lo hizo pero no pasó la preselección.
- Paradise Lost 3: Purgatory, de HBO y sin crítica en esos diarios, no estaría hoy camino del Oscar.
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