Nervios e ilusión para recibir a los Reyes Magos
Ràdio Barcelona celebra la 45ª edición de la campaña 'Cap nen sense joguina'
Una sonrisa para los tiempos difíciles. Los Reyes Magos llegaron ayer a Barcelona para llevar ilusión a los hogares. Sus Majestades quisieron hacer valorar a los niños los regalos que no se compran: "El mejor regalo del mundo no se compra con dinero: la sonrisa de alguien, el afecto del padre, de los abuelos, de los amigos y amigas", proclamó Melchor, que ejerció de portavoz real. Con puntualidad, Sus Majestades fueron recibidos por el alcalde Xavier Trias, que les entregó la llave de la ciudad, El alcalde avaló el comportamiento de los niños -"se esfuerzan, trabajan mucho, hacen los deberes"- y desveló el contenido de su carta: pidió a los Reyes que le echen una mano en la lucha contra la crisis. "A Barcelona le falta mucha ilusión y esperanza para salir de la crisis, puestos de trabajo y ayuda para las personas que lo están pasando mal", dijo Trias, que auguró un año 2012 "difícil".
Trias pide a los Reyes "esperanza" para salir de la crisis
Ajenos al discurso político, decenas de miles de niños esperaron impacientes el séquito. La organización, que contó con 20.000 euros menos de presupuesto, apostó por el mismo formato de 2011: una comitiva musical que amenizó los cinco kilómetros de recorrido. La principal novedad este año eran unas catapultas que buscaban democratizar el acceso a los caramelos, muy codiciados por los asiduos de la cabalgata y que a menudo, por la poca fuerza de los pajes, solo podían disfrutar los privilegiados de primera fila Lograron a medias su cometido: solo si el lanzador tenía pericia con la catapulta, lograba hacer llegar los dulces a todos. Los pajes encargados de los caramelos cuidaron la potencia para no convertir la golosina en un peligroso proyectil.
La recogida de caramelos animaba a los mayores y a los niños, que entretenían la espera para ver a los Reyes. La mayoría prometió cumplir ante Sus Majestades: portarse bien e irse a la cama pronto. Como Bruno, de seis años, que pese a que ya no recordaba qué había puesto en la carta, sabía al dedillo cuáles son sus obligaciones. Al revés que Julio, de ocho años, que recitaba de memoria sus peticiones pero confesaba que se había portado mal. Tampoco había propósito de enmienda para la noche. "No iré a dormir pronto, veré la televisión".
Los Reyes Magos han repartido ilusión esta noche por los hogares de Barcelona y Cataluña. Adonde no llegan Sus Majestades llegan las campañas solidarias, como la de Ràdio Barcelona-Cadena SER. A las nueve de la noche comenzó la 45ª edición de Cap nen sense joguina, cuyo hilo conductor fue una subasta de objetos donados por personajes famosos. El dinero recaudado servirá para repartir juguetes entre los niños ingresados en hospitales y de familias sin recursos.
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