_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Justos por...

Elvira Lindo

Unos días antes de que los directivos de las cajas torcieran el gesto ante la idea de que se publicaran sus sueldos, la Revista de Libros, financiada por la Fundación de Caja Madrid, anunciaba su cierre. La Revista de Libros era una publicación austera y prestigiosa: las firmas invitadas cobraban honorarios simbólicos. No sé de cuánto dinero deberían prescindir el presidente y el consejero delegado de Bankia para sostener de manera filantrópica dicha revista, pero, dadas las cantidades anuales que reciben, estoy convencida de que el aporte no les descabalgaría el presupuesto.

Una pequeña revista no parece cosa importante ante la precaria situación que se está viviendo en muchos hogares, tampoco ante los recortes de los sueldos de los funcionarios, ni ante, por ejemplo, esa cruel medida del Gobierno de Aguirre de luchar contra el absentismo laboral penalizando a todos los trabajadores que precisen una baja por enfermedad. Una revista casi no es nada. Tampoco parece serlo una radiotelevisión pública a la que se pone contra las cuerdas y a la que se obliga, con un brutal recorte, a medio cerrar.

La cultura, en casos de crisis extrema, parece no ser necesaria. Es en tiempos como este cuando de manera interesada se potencia el resentimiento social contra los que se supone que son unos privilegiados: los trabajadores de la cultura y de la información, que viene a ser lo mismo. Cierto es que en las décadas pasadas se cultivó una cultura de escaparate, basada en lo ostentoso e insostenible económicamente. Pero de la misma forma que es inaceptable que el pobre haya de pagar por el pecado de los financieros, también lo es que en la cultura paguen justos por pecadores. No olvidemos que los responsables de esa cultura del derroche eran políticos. En todas las ciudades dejaron pruebas de sus aires de grandeza.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Elvira Lindo
Es escritora y guionista. Trabajó en RNE toda la década de los 80. Ganó el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por 'Los Trapos Sucios' y el Biblioteca Breve por 'Una palabra tuya'. Otras novelas suyas son: 'Lo que me queda por vivir' y 'A corazón abierto'. Su último libro es 'En la boca del lobo'. Colabora en EL PAÍS y la Cadena SER.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_