La gran huelga del metro se desinfla
El efecto del paro resultó menor de las previsiones más pesimistas - Los voluntarios y el descenso de viajeros evitan grandes aglomeraciones - El servicio llegó al 60%
Llegó el día de la gran huelga del metro de Bilbao, la jornada de las temidas avalanchas y el posible caos en los andenes, y se quedó en casi nada. Los ciudadanos pudieron moverse sin problemas durante toda la jornada, salvo aglomeraciones puntuales por la mañana en las estaciones más próximas al mercado de Santo Tomás, las de Abando y Casco Viejo. La principal fiesta de los baserritarras vizcaínos se desarrolló sin incidentes, aunque con algo menos de público que en ediciones anteriores. No ayudó a la asistencia el sirimiri continuo que cayó sobre la capital vizcaína.
Los problemas en el suburbano pudieron evitarse, pese a los paros, gracias a dos circunstancias. De un lado, los servicios mínimos del 48% fijados por el Tribunal Superior, que enmendó los fijados por Empleo, de entre el 60% y el 70%, se elevaron de facto hasta el 56% debido al trabajo de los voluntarios. Entre ellos había tres conductores, que compensaron en parte la ausencia de 20 que secundaron la huelga de 24 horas, según los datos que aportó el consejero delegado de Metro Bilbao, Iñaki Prego.
La empresa cifra el seguimiento en el 20% y el comité lo eleva al 90%
De otro lado, el número de usuarios fue menor del habitual. Muchas personas optaron por utilizar otros medios de transporte. Por la mañana, la afluencia se cifraba en un 64% de la registrada anteayer. La "amplia difusión de la huelga" y los mensajes de precaución de la dirección de la empresa estarían detrás de esta circunstancia, apuntó Prego.
Las cifras del seguimiento de la huelga ofrecidas por Metro Bilbao y por el comité de emprea resultaron tan dispares como es habitual en estos casos. Por la mañana, las centrales fijaron entre un 80% -talleres- y un 90% -administración y conducción- el apoyo a la prtotesta. Prego lo rebajaba a un 12,16%, en concreto 90 personas sobre una plantilla total de 740. En un segundo balance, relativo a las 19.30, la compañía aseguró que solo el 20% de los trabajadores habían secundado la huelga -143 personas- y elevó el servicio ofrecido al 60%.
No se cumplieron los fatalistas pronósticos de la empresa y del Gobierno tras conocer la resolución del Suprior. El Ejecutivo llegó a advertir en un comunicado oficial de su Presidencia que la decisión del tribunal no iba a permitir "atender la demanda en unas condiciones mínimamente aceptables de calidad y seguridad".
La dirección del suburbano había previsto cinco niveles de gestión de aglomeraciones, que oscilaban entre la apertura total de las estaciones y el regreso de los trenes a cocheras, dejando tramos sin circulación. Por la mañana no se superó el nivel uno.
Vista la convocatoria de nuevos paros, Metro Bilbao se plantea acudir esta misma semana a los tribunales para que verifique el cumplimiento de los acuerdos alcanzados con los trabajadores en julio pasado.
Ese acuerdo puso fin a la huelga más larga de la historia del metro, que duró casi dos meses. El paro de ayer dejó algunos episodios desagradables. El servicio de seguridad, reforzado con 80 personas más, impidió por la mañana la entrada a algunas estaciones a varios reporteros gráficos de diversos medios de comunicación. La Asociación Vasca de Periodistas expresó su "más enérgica protesta".
La protesta fue el tema de conversación más repetido toda la mañana en los vagones del ferrocarril urbano, hasta el punto de que los viajeros se preguntaban antes de entrar en muchas estaciones cómo estaba la situación. "Hemos llegado. Dios dirá cómo salimos", decía una señora en la estación de Casco Viejo. Al final, no fue para tanto.
En lo que respecta al partido del Athletic, que se celebró a las 22.00 y suponía otro punto problemático, tampoco se registraron problemas. El servicio finalizó a las 23.00 y se reanudó con convoyes especiales a medianoche desde las estaciones de Indautxu y San Mames, para facilitar el retorno de la afición a sus hogares. Metro Bilbao recomendó a la afición rojiblanca que acudiera al campo con antelación suficiente.
Mientras, el comité de empresa denunció que los acuerdos alcanzados con la dirección "siguen sin cumplirse". Los representantes de la plantilla recordaron que mantienen "la mano tendida" a la intervención de un "conciliador". "Aquí quien se cierra en banda es la propia dirección con el arbitraje", criticaron los sindicatos, que ya han programado cuatro nuevos paros en la víspera de Reyes, el 12, el 19 y el 26 de enero..
Las fuertes medidas de seguridad desplegadas eran muy notorias. Decenas de agentes de seguridad privada vigilaban constantemente la zona de las canceladoras y los andenes. La Ertzaintza estableció un dispositivo especial para prevenir incidentes que se encuentra en marcha desde la medianoche de ayer y se mantuvo toda la jornada.
El despliegue cubría toda la línea del suburbano, las estaciones, talleres, edificios, subcentrales y en general todos los puntos sensibles de la infraestructura del ferrocarril urbano. En el mismo participan agentes de Seguridad Ciudadana de las comisarías que se hallan a lo largo del recorrido, junto a otros de la Brigada de Refuerzo y ertzainas de la 23ª promoción, recién salida de Arkaute, que adelantaron su incorporación al servicio.
"Grave y difícilmente explicable"
El Gobierno vasco cree "muy grave y difícilmente explicable" la huelga de Metro Bilbao "mantenida artificialmente en el tiempo". Además, según su portavoz, Idoia Mendia, el lehendakari, Patxi López, nunca ha pretendido "imponer" unos servicios mínimos del 90 % y por eso recordó que, cuando el Departamento de Empleo los estableció en el 60%, luego corregido por el Tribunal Superior, se tuvo en cuenta "no sólo el derecho a la huelga de los trabajadores, sino también las cuestiones de orden público y la libre circulación de personas". En su exposición, la consejera abundó en los motivos que llevaron a su gobierno a elevar la cifra de los servicios mínimos: "habíamos sopesado y ponderado, habíamos puesto más el peso más en la libre circulación de las personas y en las cuestiones de orden público, y por eso solicitamos servicios mínimos del 60 o del 70 % en determinadas horas".
En una entrevista a ETB, Mendia adelantó que "el ciudadano normal de Bilbao y el de los pueblos de alrededor que se acerque a Bilbao no entiende nada". Por eso añadió que "estamos asistiendo a una huelga artificialmente mantenida en el tiempo por cuestiones que tampoco se explican demasiado bien porque son cuestiones de matices, no estamos hablando de que se ha vulnerado ningún derecho de los trabajadores, tampoco se ve claro que estén defendiendo los derechos de los trabajadores del metro".
Visiones muy enfrentadas
Uno de los escasos momentos de tensión de la mañana de ayer se produjo frente a la sede del Metro Bilbao, en pleno corazón de la capital vizcaína. Representantes de los sindicatos, que llevaban pegatinas con el texto "Prego culpable", en alusión al consejero delegado de la compañía, protestaron al impedirles la entrada al edificio varios agentes de la Ertzaintza. Querían comprobar el seguimiento del paro en el puesto de mando del suburbano.
El presidente del comité de empresa, Rafael Valencia, de ELA, presentó de inmediato una demanda en la Inspección de Trabajo contra la dirección de la firma.
Las visiones de ambas partes fueron tan enfrentadas como los datos de seguimiento que ofrecieron. El comité, tras volver a criticar los "servicios mínimos abusivos", pese a la rebaja que había aprobado el Tribunal Superior, deploró que la empresa busque el arbitraje solo en "uno de los puntos del conflictos", en alusión al acuerdo del pasado mes de julio. "El conflicto, con uno de los puntos, no se termina", dijo. Prego enfatizó en su rueda de prensa, celebrada a media mañana, que "no va a haber negociación de algo que está negociado".
La compañía destacó por la tarde en sus egundo balance "la responsabilidad del 80% de las personas que conforman su plantilla y que han ayudado acudiendo a sus puestos de trabajo a que la jornada se desarrolle con normalidad".
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