El vino da mucho juego

Es sabroso, ayuda a evadirse y dicen que, en cantidades proporcionadas, incluso puede resultar hasta saludable. Solo así se pueden comprender los precios que por apenas 75 centilitros de este mágico caldo están dispuestos a pagar sus más fieles degustadores. La subasta de la histórica bodega del restaurante Los Tamarises, en Getxo, fue ayer un nuevo ejemplo del dinero que puede llegar a movilizar el vino. Hasta 1.000 euros se llegaron a pagar por un lote de cuatro botellas de Ribera del Duero. Cuatro Únicos de Vega Sicilia de la cosecha de 1941.

Claro que la de ayer era una cita casi ineludible para los amantes del buen vino. Las más de 10.000 botellas almacenadas durante décadas en el sótano de Los Tamarises, una de las bodegas más completas y envidiadas de Euskadi, parecía suficiente reclamo. Entre las joyas de la colección, dos botellas de Rioja Alta de 1890 que abrieron el juego de las pujas. Fijado su precio de salida en solo 30 euros como incentivo, el ganador acabó pagando 420 por llevárselas a casa. Se subastaron también caldos de 1904, 1906 y 1915 a precios tampoco demasiado elevados.

Hasta 1.000 euros llegó a pagar un pujador por cuatro caldos de 1941

Se adquirieron lotes dedicados a Franco, la Guardia Civil, el PP o el PSOE

El precio comenzó a incrementarse a medida que avanzaban las décadas del pasado siglo, quizá por el mayor valor gastronómico del caldo pese a su menor trayectoria histórica. "200 euros, 210, 220... 500, 550, 600...". Y así hasta los 775 euros que, por ejemplo, pagó un coleccionista de Madrid por tres botellas de 1951. "Soy un gran aficionado al vino y hay algunas añadas que todavía faltan en mi bodega", argumentó como justificación de sus compulsivas pujas. En apenas una hora de subasta había gastado ya más de 12.000 euros para adquirir apenas una veintena de lotes.

Gesto a gesto, guiño a guiño, la subasta avanzó entre el pique puntual de varios pujadores, algunos de los cuales participaron vía telefónica, que elevaron considerablemente los precios de partida. Tan solo unos pocos lotes tuvieron que rebajar su coste inicial para encontrar salida. Tras los vinos nacionales, los más deseados, se ofertaron también caldos franceses y de otros países como Estados Unidos, Argentina o Chile. También históricas botellas conmemorativas de la Guardia Civil, Franco, Felipe González o José María Aznar.

Todas permanecían almacenadas en la bodega que fundó en 1930 Julián Lazcano y cuyas existencias amplió su hijo Jesús María. Los nietos del primero son quienes han decidido alquilar ahora el restaurante Los Tamarises, del que se hará cargo el prestigioso cocinero Fernando Canales. Ante la inminente reforma, los propietarios optaron por sacar a subasta las joyas de la vinoteca.

No son las únicas. Asignados los caldos, hoy entran en liza otros objetos decorativos del restaurante, como cuadros, mobiliario o elementos marineros, con precios de salida que oscilan entre los 5 euros de algunas láminas, hasta los 1.300 de una colección de grifos de bronce. La subasta se reanuda a las once de la mañana.