una estación flamenca
La bailaora traza un camino poblado de silencios, colores vivos y andanzas más y menos flamencas en la ciudad donde ha estrenado 'Utopía' y donde se siente totalmente acogida
1. Café Gijón. La primera vez que vine a Madrid, con 15 años, fue uno de los primeros sitios que visité. Me trajeron mi abuela y mi madre. Me encantó. Con todas sus leyendas, con su calidez. En mi vida se ha creado como una tradición venir aquí. Vengo con mis apuntes y mis cosas a estar tranquila y el destino ha ido acercando, cada vez más, mi residencia a este punto de Madrid (paseo de Recoletos, 21).
2. La Biblioteca Nacional. He ido mucho durante toda la etapa de investigación de Utopía. Es un lugar para ir a pensar, para encontrar la concentración y trabajar. Ha sido un lugar de trabajo agradable y el edificio es maravilloso.
3. Teatro Español. Cada vez que entro me digo: "Qué teatro tan bonito". Nunca me canso de admirarlo. Soy aficionada a los edificios de los teatros en general, porque se impregnan de la gente que ha ido a ver algo (Príncipe, 25).
4. Jardín Botánico. Soy muy aficionada a las plantas, aunque no ejerzo porque los viajes me lo impiden. Me encantan las flores, me maravilla su colorido y me relaja mucho cuidar una planta. El Botánico lo descubrí visitando un piso de alquiler que luego no alquilé. Lo vi desde la ventana y bajé. Desde entonces, cada vez que no tengo trabajo, voy allí. Me encanta la tiendecita. Lo único que falla es que tiene pocos bancos.
5. Teatro Real. Es el teatro por excelencia, recuerdo mis actuaciones en su escenario como algo especial. Me encanta la gente que trabaja en el Real, cómo te acogen. Bailar allí siempre tiene un valor añadido.
6. Taller de María Calderón. Está en un bajo pequeño en la plaza de San Ildefonso. Allí se le pone color a todo el vestuario que yo hago, los degradés, la pintura... Cualquiera que quiera adentrarse en el mundo del color tiene que ir a este taller.
7. Centro Coreográfico de los Teatros del Canal. Bailé allí el día que se puso la primera piedra. La danza se merece un apoyo firme y una voluntad política. Que el flamenco no tenga un sitio de representación en su lugar de origen es un poco sorprendente, la verdad. Me gustaría que ese centro coreográfico con tanto potencial se convirtiera en un centro de referencia para la danza. (Cea Bermúdez, 1).
8. La escuela de Amor de Dios. Un lugar mítico dentro del mundo del flamenco en Madrid. Durante años estuvo en el número 4 de la calle que le da ese nombre. Era un lugar mágico donde ya se entraba zapateando. Te cruzabas con todos los bailaores de Madrid, con todos los maestros. ¿Quién no ha pasado por Amor de Dios? Ahora se la han llevado a Infanta Isabel, encima del mercado de Antón Martín, y sigue teniendo encanto, la verdad, porque está lleno de ganas.
9. Casa de la Cultura de Torrelodones. Ha sido el lugar de residencia de la compañía desde hace 11 años. Es mi lugar de creación. Los ensayos son abiertos: la gente entra y sale, nos mira un rato y se va.
10. Estación de Atocha. Es uno de los sitios más flamencos de Madrid porque esos AVE entre la capital y Sevilla nos han ayudado a transportar el flamenco. Y también representa mi primer recuerdo de Madrid, la llegada a la capital con toda la familia en tropel. Atocha era ya descubrir Madrid cuando llegábamos de Sevilla. Atocha es lo poco y lo mucho que separa Madrid de Sevilla o viceversa.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.