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Reportaje:

De las mulas al autobús híbrido

Un libro recoge la historia de la Compañía del Tranvía en su 125º aniversario

Como en un barrido cinematográfico, entre la imagen del tranvía dirigido por mulas y el primer autobús híbrido distan 125 años. Secuencias que recorren la evolución de la ciudad de San Sebastián desde finales del siglo XIX en paralelo a la historia del progreso de los servicios de transporte público en la capital guipuzcoana. El libro DBUS 125 urte/años, editado por la Kutxa y escrito por el experto en ferrocarriles y transporte urbano Juanjo Olaizola, hace una inmersión en este recorrido con motivo del 125º aniversario de la Compañía del Tranvía de San Sebastián.

El primer servicio de tranvía a caballo fue el 18 de julio de 1887 en un recorrido que iba desde La Concha hasta Ategorrieta. Un trayecto que fue utilizado aquel día por 2.400 personas y en el que se recaudaron 570 pesetas. Es una de las tantas anécdotas que recoge el libro compuesto por 240 páginas y 187 fotografías históricas que muestran la evolución de la ciudad y sus medios de transporte públicos. Imágenes que provienen de distintos fondos colectivos y particulares como el Museo Vasco del Ferrocarril, la Fototeca Kutxa y el Archivo Municipal de San Sebastián. "Un trabajo que hay que agradecer a los trabajadores y a los donostiarras que han dado vida a la compañía en estos 125 años y han hecho su historia", señaló el exdirector del Museo Vasco del Ferrocarril.

San Sebastián fue la primera ciudad en utilizar únicamente la tracción eléctrica

El libro, presentado ayer en el Ayuntamiento de San Sebastián, recoge, por ejemplo, cómo la Compañía del Tranvía paso de empresa privada a pública. Mientras en otras ciudades españolas la implantación de nuevos servicios urbanos se realizó gracias al capital extranjero, en el caso de la capital guipuzcoana vino de la mano de una pequeña sociedad formada por comerciantes y empresarios con la complicidad del Marqués de Comillas. También se desgrana cómo este grupo empresarial supo hacer frente a la llegada de la electrificación de la red, la crisis de 1918-1920, la Guerra Civil o la implantación de nuevas tecnologías como el trolebús y el autobús hasta que en 1981 ante la crisis generalizada del transporte público como negocio paso a manos públicas y el Ayuntamiento tomó las riendas.

La historia cuenta que el tranvía se creó como un atractivo para el veraneo elegante de la época atraída por la corte estival de la monarquía española. Cada viaje costaba 60 céntimos, en valores actuales 6 euros, lo que significa que no era un medio de transporte habitual entre los donostiarras sino más bien una atracción turística. "Era un destino al que venía gente de todo el mundo y había que demostrar que se estaba a la última", explicó Olaizola.

San Sebastián fue la segunda ciudad española en implantar en 1897 la tracción eléctrica en sus tranvías. "Y la primera en la que se utilizaba en exclusiva el nuevo sistema de tracción ya que en la ciudad pionera, Bilbao, los tranvías de mulas todavía se emplearon hasta 1909", recalcó.

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Era una época en la que la movilidad sostenible era impensable y mucho menos viable el autobús híbrido actual o el eléctrico que se vislumbra en el futuro. Una época en la que una estampa habitual era ver tranvías con mercancías por el mismo centro de la Avenida cargados de madera o carbón.

Gerardo Lertxundi, Iñaki Almandoz, Jon Albizu y Juanjo Olaizola, de izquierda a derecha, ayer.
Gerardo Lertxundi, Iñaki Almandoz, Jon Albizu y Juanjo Olaizola, de izquierda a derecha, ayer.JESÚS URIARTE

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