Tablones contra el temporal

El primer temporal fuerte del otoño que azota a Euskadi llega con alerta naranja y no se descarta que a lo largo de la jornada de hoy se active la roja. En los últimos días, fuertes rachas de viento y oleaje han venido sacudiendo la costa de Bizkaia y Gipuzkoa como preaviso del temporal que se avecina y que podría provocar olas de seis y siete metros a partir de mañana, según Euskalmet.

Las previsiones del riesgo marítimo han obligado a que en la zona industrial del puerto de Bilbao se se opere desde ayer como medida de prevención lo que está afectando a tres petroleros que se encuentran fuera del puerto bilbaíno "capeando" el viento y las olas. Y las fuertes rachas de viento dificultaban el aterrizaje de los aviones en Loiu.

"El espigón desvía la dirección de las olas hacia el paseo", dice un comerciante

En la costa guipuzcoana, donde se prevé que el temporal "será potencialmente peligroso", el Ayuntamiento de San Sebastián puso en marcha un protocolo por viento y oleaje tras una reunión mantenida con técnicos de protección civil. El gobierno municipal ha adoptado diversas medidas de precaución entre las que se encuentran la retirada de vehículos de la línea de la costa. Además, no se descarta que se cierren los parques si se cumplen las previsiones de viento.

Numerosos comercios y restaurantes situados entre la calle Aldamar y el paseo de Salamanca, junto a la desembocadura del Urumea, han protegido sus locales ante el riesgo de inundaciones cuando sube la marea. Pertrechados con tablones de madera y sacos, los propietarios de los inmuebles reforzaron puertas y cristaleras para evitar la entrada del agua. La pleamar del lunes por la tarde dejó varias calles convertidas en ríos con el agua a la altura de la acera. La tienda de saneamientos Aizpiri, situada en la calle General Jáuregui, lleva los últimos tres años preparándose para los temporales. Alberto, el propietario, asegura que en los últimos años el agua entra con más fuerza y que antes no hacía falta poner protección. "Llevo 35 años aquí y nunca entraba tanta agua como ahora. Creo que el espigón desvía la dirección de las olas hacia el paseo", explica. Entre las medidas que solicitaron los vecinos de la Parte Vieja el año pasado están la limpieza de alcantarillas y una mayor flexibilidad en los cortes de las calles. "Es una faena que no puedan circular coches para el comercio de la zona. Se podría ver la forma de que dejaran pasar sin aparcar o que fuesen más flexibles durante la bajamar", recomienda un comerciante. En el restaurante Kaskasuri recubren los ventanales, que llevan refuerzo, con chapas de madera para frenar el embate de las olas.

El año pasado, el temporal con olas de más de 15 metros, causó un enorme socavón en el Paseo Nuevo e importantes daños en la zona del Peine del Viento.