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Colosal promoción sin ventajas ni servicios para los vecinos

Es brutal el impacto social y urbanístico de la promoción que se erige en las parroquias de Perbes, lugar de veraneo de Manuel Fraga, y San Xoán de Vilanova. "Miño se convertirá en un centro permanente de turismo de calidad", proclamaba el PP en su programa electoral de 2003. Acompañaba la larga lista de beneficios, servicios y empleos que, según el gobierno local, supondría la macrourbanización, con la foto del entonces alcalde y el representante de Fadesa. Solo se hizo realidad el campo de golf de 18 hoyos, incluido en los 1,6 millones de metros cuadrados que ocupa la colosal promoción -equivalente a 160 campos de fútbol, el 4,5% de la superficie de Miño- y una contestada depuradora. Pero del club social, un hotel de 160 habitaciones, un geriátrico "con 100 empleos directos" y un puerto deportivo de 400 amarres nunca más se supo.

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El PP perdió, primera vez en democracia, aquellas elecciones en Miño y le sucedió en la Alcaldía, con minoría simple, el entonces independiente Juan Maceiras Barros. Exalto cargo en la Xunta de Fraga en los años noventa, llevaba en su programa solucionar las ya contestadas expropiaciones llevadas a cabo por el Ayuntamiento para Fadesa. Fue la primera vez que se aplicaba en Galicia la figura de "agente urbanizador". Creada por la ley del suelo de 2002, permitió al Ayuntamiento expropiar por la vía forzosa terrenos de sus vecinos -casi un millón de metros cuadrados - para una promoción urbanística privada.

Pero al nuevo alcalde rápidamente se le olvidó su promesa para con los expropiados, abocados a la vía judicial ante los impagos y nulo diálogo con su Ayuntamiento. Maceiras no solo no recibió nunca a los afectados, sino que mantuvo y acrecentó la total sintonía de su predecesor con la inmobiliaria. No consta que existieran los avales para garantizar el pago a los expropiados en caso de desacuerdo, como estipulaba el contrato original de la promoción. El alcalde incluso mantuvo, tras integrarse en el PP al año de su elección, como edil de urbanismo a Juan José Herva. Era también el presidente, cuando se fraguó la macrourbanización, de la asociación de vecinos de Perbes-San Xoan de Vilanova. Desde que dejó su acta de concejal en Miño, en 2007, Herva continúa en nómina del Ayuntamiento como "asesor de planificación estratégica".

La fuente importante de ingresos para las arcas municipales tampoco se cumplió. Miño multiplicó por ocho su deuda municipal desde 2006. La viviendas sin vender imposibilitaron llegar a esos 360.000 euros de recaudación anual en impuestos que esperaba el PP. Y nadie sabe a cuánto asciende el desembolso municipal en abogados para recurrir las demandas de los expropiados.

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