El PP propone que haya diputados territoriales en la Asamblea

Ya durante la campaña de 2003, Esperanza Aguirre anunció que, si ganaba los comicios autonómicos, cambiaría la Ley Electoral. Para recuperar la vieja aspiración de la presidenta regional, el grupo popular en la Asamblea madrileña presentó ayer un proyecto de ley para dividir la región en 43 circunscripciones, de tal forma que un tercio de los diputados sea elegido por zonas electorales unipersonales. Para sacar adelante esta iniciativa, el PP necesita el apoyo de dos tercios de la Cámara regional. A tenor de las primeras declaraciones de la oposición (precisa el apoyo del PSM o de IU y UPyD), parece que la propuesta podría quedar en papel mojado, pero el portavoz parlamentario popular, Íñigo Henríquez de Luna, negociará para aprobarla "con el mayor consenso".

La oposición se muestra en principio reacia a aceptar la propuesta

La reforma requeriría cambiar el Estatuto de Autonomía

El objetivo principal, según explicó ayer Henríquez, es "acercar los diputados a los ciudadanos". En su opinión, en la Asamblea "existe la preocupación y la percepción de que los ciudadanos no saben muy bien qué hacen los diputados", indicó. La propuesta prevé que un tercio (43 escaños) de los 129 diputados autonómicos sea elegido por las 43 circunscripciones en que se dividiría la región. Esas zonas se han definido atendiendo a criterios geográficos y socioeconómicos. "Se ha intentado que cada una cuente con una población de más de 100.000 personas", explicó Henríquez.

El nuevo modelo electoral que propone el PP está basado en el alemán, donde la mitad de sus diputados son elegidos por circunscripciones electorales. La idea es que hubiera una doble urna y, por tanto, dos papeletas: una para elegir al grueso de diputados, con sistema proporcional, y otra para que el ciudadano escoja al diputado que le representará en su circunscripción, según un sistema mayoritario. El recuento de diputados sería de forma proporcional, como hasta ahora. Y cada partido restaría de su lista los escaños que obtuviera al ganar en cada una de las circunscripciones, explica Hernández. El total de diputados de cada partido, por tanto, no se vería alterado.

Fuentes parlamentarias precisan que el debate estará en la definición de las zonas electorales. "Hay zonas como la de Rivas-Arganda, que beneficiará al PP", explica un diputado experto en procesos electorales. Además, esta reforma debería ir acompañada de un cambio del Estatuto de la Asamblea, de forma que los diputados tengan libertad para presentar iniciativas y no se vean limitados por las direcciones de los grupos políticos. Hay cierto temor a que con la modificación se rebaje el principio de proporcionalidad (el voto de todos los ciudadanos vale igual) y se favorezca el mayoritario. "La propuesta está abierta a negociación", zanjó Henríquez.

Esta reforma requiere cambiar la Ley Electoral regional y el Estatuto de Autonomía. Para modificar este último sería necesario que pase por las Cortes para su aprobación definitiva.

El PP lleva tiempo proponiendo, de una u otra forma, reformas de la Ley Electoral. En 2005 plantearon dividir la región en 11 zonas, pero la iniciativa cayó en el olvido al carecer de apoyos. En el último debate de investidura, Aguirre volvió a insistir sobre el asunto para hacer un guiño al Movimiento 15-M. Entonces propuso, sin dar detalles, listas electorales desbloqueadas, de forma que los ciudadanos pudieran tachar a los candidatos que no consideraran merecedores de su voto.

A los socialistas, en principio, no les gusta el cambio. "Tratan de blindarse. Lo lamentable es que tratan de venderlo como un avance democrático, cuando es la ruptura de la proporcionalidad", afirmó Maru Menéndez. Más rotundo se mostró Gregorio Gordo, de IU, que señaló: "Reduce la proporcionalidad y genera menos democracia". El portavoz de UPyD, Luis de Velasco, aseguró que la propuesta le parece interesante. "La música suena bien si el objetivo de acercar los diputados a los ciudadanos". En cualquier caso, fue el único que evitó pronunciarse al desconocer los detalles.