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Crítica:43 VOLL-DAMM FESTIVAL INTERNACIONAL DE JAZZ DE BARCELONA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Cansados pero felices

Pat Metheny ha llegado ya a tal grado de virtuosismo y de comunión con su público que puede permitirse hacer sobre el escenario cualquier cosa lejos, incluso, de las más elementales reglas del show business. El jueves en el Auditori barcelonés se las saltó todas en un concierto maratoniano y, una vez tras otra, se metió al público en el bolsillo consiguiendo, con toda la razón del mundo, levantarlo de sus asientos.

El Auditori se había llenado para la nueva visita del guitarrista de Misuri. Siempre es así en Barcelona y esta vez tampoco fallaron ni el público ni el artista, que volvió a redondear una de esas actuaciones memorables. Comenzó en dúo con el contrabajista Larry Grenadier. A Metheny se le dan muy bien ese tipo de encuentros y, aunque Grenadier no tiene la profundidad de otros contrabajistas que se han medido antes con Metheny, supo aguantar el tipo y los tres largos temas que realizaron juntos fueron un paradigma de sensibilidad con un cierto toque íntimo, cercano.

Pat Metheny Trio

Pat Metheny, guitarra; Larry Grenadier, bajo, y Bill Stewart, batería. Auditori, 24 de noviembre.

Se metió al público en el bolsillo y consiguió levantarlo de sus asientos

El público ya estaba atrapado, podía haber seguido así toda la noche pero apareció el batería Bill Stewart y todo cambió. Su percusión apabullante y su provocativo sentido del ritmo llevaron al trío a terrenos de puro vértigo y Metheny pudo mostrarse como el guitar hero que en realidad es. Con casi 90 minutos de concierto, una versión impresionante de su clásico Question and answer puso el Auditori patas arriba.

Un final apoteósico pero Metheny es muy suyo y acabar así habría sido lo más fácil. Rompió el clima creado, se quedó solo en el escenario y, guitarra acústica en mano, recordó una canción que escribió para Enrique Morente y que el cantaor ya no pudo interpretar. Fue un viaje a un mundo diferente, aún más íntimo que en el inicio.

También podía haber acabado ahí con la sensibilidad a flor de piel, pero entonces sacó sus juguetes. Primero la guitarra de varios mástiles y docenas de cuerdas. Número circense que se completó con la aparición de algunos elementos de su Orchestrion (instrumentos acústicos que suenan al ser accionados desde la guitarra), por suerte, muchos menos que en su visita anterior. Otra sesión de circo pero como la música siempre le acompaña, al final se le perdona todo. Y, como nadie parecía cansado, volvió a comenzar el concierto hasta con un recuerdo para los Beatles.

Al final, todos agotados pero enormemente felices. Así es Metheny y que no deje nunca de serlo.

Pat Metheny durante su actuación en el Auditori.
Pat Metheny durante su actuación en el Auditori.MICHAEL WEINTROB

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