La Capital de la Cultura Catalana solo tiene el logotipo

La ciudad de Tarragona será la Capital de la Cultura Catalana en 2012, pero falta menos de un mes y medio para el inicio de las conmemoraciones y los actos previstos peligran por la crisis. Tanto es así que de momento el Ayuntamiento solo ha hecho público el logotipo de los fastos. El Consistorio supedita las actividades a la aprobación de los presupuestos del año que viene, que se cuadrarán a mediados de enero, y no prevén presentar el programa oficial hasta entonces. Sin embargo, las actividades se tambalean porque, según el concejal de Hacienda, Pau Pérez, pretenden ahorrar 10 millones de euros recortando, entre otras partidas, la destinada a Cultura. "Tenemos que replantearlo todo", asegura el edil.

La construcción del Teatro de Tarragona casi ha triplicado su coste

La mayoría de los actos que se están cuestionando formaban parte de la estrategia por la que la ciudad fue designada como epicentro de la cultura catalana. En concreto, los dirigentes del Consistorio plantean dejar de celebrar cada año el Tarraco Viva, festival internacional dedicado a la divulgación histórica de la antigua Roma. Es uno de los actos que más público y turismo atrae a la ciudad, cuyas calles se llenan de artesanía y comida de la época, gladiadores y césares. Hasta ahora tenía lugar las últimas dos semanas de mayo, pero en adelante podrían ahorrar 400.000 euros programándolo cada dos años.

El Festival Dixieland, dedicado al jazz y al que se destinaban unos 70.000 euros, también está en el aire, aunque es uno de los más relevantes del género en Europa. El concurso de fuegos artificiales, incluido en las previsiones iniciales, podría reducir sus días para ahorrar 150.000 euros. "Son posibles hipótesis que pueden producirse o no", explica el alcalde de Tarragona, el socialista Josep Fèlix Ballesteros, que no se muestra partidario de eliminar los eventos culturales más importantes. Sin embargo, también está cuestionado el Metropol, el único teatro público centenario abierto en invierno en la capital tarraconense. De hecho, esta temporada casi todos los pases se realizan solo los fines de semana.

Otra infraestructura cultural bien relevante, la construcción del Teatro de Tarragona, pasó de los tres millones presupuestados inicialmente a los ocho actuales. Con él tenía que llegar la ópera a la ciudad y querían inaugurarlo coincidiendo con el inicio de las celebraciones. "Al final, seguramente será en primavera del próximo año, estamos planteando la entrada de actividades privadas", explica el concejal de Hacienda.

Por la crisis este 2011 el Ayuntamiento de Tarragona no ha convocado el grueso de sus premios literarios y el Centro de Arte Contemporáneo, que tenía que estar listo este otoño, tampoco tiene fecha de apertura. Desde Convergència i Unió (CiU) cargan contra los recortes culturales previstos. "Son los actos que tienen mayor proyección de la ciudad", señalan fuentes nacionalistas. "No es gasto sino inversión en una industrial cultural emergente", afirman los representantes del PP sobre el Tarraco Viva.

Pese a la incerteza, en la agenda está marcado sobre seguro el Congreso de Libreros en Lengua Catalana. Se celebrará del 10 al 12 de febrero y en él se rendirá un homenaje a la escritora Olga Xirinacs. Habrá debates sobre el comercio de ejemplares en catalán y conferencias para sentar las bases futuras del negocio. Participarán la presidenta de Òmnium Cultural, Muriel Casals, y escritores y periodistas como Ramon Solsona, Joan-Lluís Lluís, Patricia Gabancho y Mònica Terribas.