Crisis política en el sur de Europa
Las diversas informaciones sobre una negociación entre Francia y Alemania para reestructurar la Unión Europea causaron ayer revuelo en las capitales. La canciller alemana, Angela Merkel, se lanzó al desmentido diciendo en Berlín que su Gobierno "persigue desde hace meses el fin único de estabilizar la eurozona en su composición actual".
Una manifestación del partido comunista griego, a gritos contra los recortes y la plutocracia, dio ayer su particular bienvenida a Lukas Papademos, el exvicepresidente del Banco Central Europeo que hoy tomará el timón de un país al borde la bancarrota.
Antes de perder el poder, Silvio Berlusconi ya está probando la hiel de la derrota. Su partido, el Pueblo de la Libertad (PDL), se deshilacha por momentos. Ya no se trata solo de los ocho traidores -según los bautizó el primer ministro- que lo dejaron el martes a los pies de los caballos y sin mayoría absoluta en el Congreso.
Era el más bravo de todos los narcotraficantes de la favela Rocinha, el líder indiscutible de la facción criminal Amigos dos Amigos (ADA) en la zona sur de Río de Janeiro, pero en el momento de su detención sus agallas brillaron por su ausencia.
Precisamente en el momento en que Europa se debate en una crisis en la que se juega su supervivencia, otra región del mundo, la de Asia-Pacífico, se reúne en Hawai para corroborar que está dispuesta a tomar el relevo.