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Orden de desahucio para los muertos

El Ayuntamiento de Zaragoza exhuma 437 cuerpos por impago del nicho

El alma tal vez sea eterna, el contrato del nicho, no. Es una realidad con la que se dieron de bruces muchos zaragozanos que el día 1 de noviembre acudieron al cementerio municipal de Torrero, en la capital aragonesa, a honrar a sus muertos. Algunas lápidas lucían una pegatina con elmensaje: "Columbario caducado. Pase por la oficina de administración del cementerio".

Una de estas personas era Antonio, padre de dos hijos que murieron antes de cumplir seis meses. "Imagine cómo me sentí al verlo", cuenta. Se olvidó de pagar hace años: "No sé cuántos. Simplemente es algo en lo que dejé de pensar". Ahora tiene que pasarse por el Ayuntamiento si no quiere que exhumen los cadáveres de sus hijos y los lleven a una fosa común.

Es el último paso y solo se ejecuta cuando no hay respuesta de los familiares: hasta ahora se han exhumado 437 unidades funerarias (incluyen aquellas para las que la familia ha dado el consentimiento) y se ha renovado la concesión en 82 casos. El proceso dura medio año. "Hacemos lo posible para avisar a los familiares", afirma José Abadía, vicegerente municipal de Urbanismo.

Es una realidad frecuente: las personas que debían hacerse cargo de los pagos al cementerio han fallecido o ante el dolor de la pérdida han cerrado el asunto. "Es más desconocimiento que morosidad. El Ayuntamiento es consciente", explica con tacto Abadía, "pero tenemos que hacer frente a un problema: el cementerio es un espacio público, aunque las construcciones sean de titularidad (temporal) privada. Hay nichos que no se pagan desde los años setenta". Actualmente el precio por lustro oscila entre los 7,40 y los 50,20 euros para los nichos, y entre los 4,85 y los 20,55 euros para los columbarios.

Se han enviado cartas certificadas, y el aviso está en la web, en el BOE y en el tablón de anuncios. Pero con frecuencia las direcciones han cambiado y los datos no están actualizados, como le ocurrió a Antonio, que vio la primera reclamación del pago sobre el nicho de sus hijos hace solo unos días.

El fin de la pegatina de aviso en las tumbas era aprovechar la afluencia de Todos los Santos, festividad en la que se alcanzaron 400.000 visitas. La medida ha sido controvertida, pero eficaz según los resultados que le han comunicado a Abadía. Desde que en 2010 el Ayuntamiento comenzó un plan de actualización de sus instalaciones, han tratado de localizar a más de 7.000 titulares cuyos derechos funerarios se habían extinguido.

Uno de ellos es José, de 79 años. Lleva al día el alquiler del descanso de sus padres y su hermano, pero ahora le ha llegado una carta por no pagar la tumba de su cuñado, fallecido hace 20 años, un pago que ha heredado sin quererlo: "¿Qué pasa, que lo sacan? Que lo saquen".

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