De la colmena a la grapadora
Una exposición repasa 60 años del estudio de arquitectura barcelonés MBM
En la Barcelona de los años sesenta el coche imponía su ley. Por eso, cuando el recién creado estudio de arquitectos MBM -formado por Oriol Bohigas, David Mackay y Josep Martorell- proyectó un edificio de viviendas en la autopista urbana de la Meridiana, lo hizo con una fachada llena de pequeñas ventanas orientadas al sur que evitaban al máximo el molesto ruido del tráfico, a la vez que garantizaban luz y calor en invierno y evitaban el intenso sol en verano. Conocido como "la colmena", este edificio es uno de los 216 que se explican en la exposición MBM 60 años de arquitectura y ciudad 1951-2011, que ha abierto sus puertas en el Colegio de Arquitectos de Cataluña.
"Hay muchos estudios de arquitectura, pero pocos en los que sigan los fundadores como en este, por tres razones: los tres somos diferentes, trabajamos juntos y tenemos una ley no escrita por la que la opinión de uno no prevalece sobre la de otro, sino que todo se discute", explicó Mackay como fórmula magistral, en presencia del resto de sus socios actuales: los tres fundadores, más el diseñador Lluís Pau, Oriol Capdevilla y Francesc Gual. Según Mackay, los edificios de MBM, pese a no llevar un sello que los distingue, han mantenido unas constantes a lo largo del tiempo: "El rigor, la claridad estructural, la voluntad de dar respuesta al entorno y ser una arquitectura de escala humana".
El despacho donará parte de su archivo al Colegio de Arquitectos
En la exposición, abierta hasta enero de 2012, se repasa la dilatada y variada producción de MBM, que "comenzó enfrentándose a la arquitectura falsamente clásica que imponía el franquismo y luchó por abrirse un hueco en la arquitectura moderna", aseguró Bohigas: viviendas y casas unifamiliares como la casa Guardiola de Argentona (década de 1950) y la casa Orpí, en Barcelona (años sesenta); sedes de empresas y fábricas como la de CEAC (años cincuenta) y Ediciones Destino, todas en Barcelona, Piher en Badalona (años sesenta) y Nestlé en Esplugues (años ochenta); sedes institucionales como el pabellón del Futuro de la Expo de Sevilla (1992), proyectos de ordenación urbanística como el Port Olímpic de Barcelona (1991), el paseo marítimo de Benidorm, en Alicante, (1996) y parques como el del Migdia de Barcelona (2001).
En total, 1.250 proyectos realizados, de los cuales se han materializado algo más de la mitad repartidos por 60 ciudades, la mayoría en Cataluña (80 en Barcelona) y países como Italia, Alemania e Inglaterra y unos pocos en el resto de España. Esta producción ha generado una importante documentación que los arquitectos de MBM están decididos a que no se pierda. Por eso, han comenzado negociaciones con el COAC para depositar todo el material (excepto los últimos 10 años) en el archivo de esta institución. Pendientes de concretar el acuerdo, Bohigas asegura que hace un año su estudio cedió parte de este material al Centro Pompidou de París: un centenar de documentos entre maquetas, planos y fotografías de algunos de sus proyectos. "Pero no fundamentales para el conjunto", dijo el veterano arquitecto.
La exposición pone el foco en seis de los proyectos más recientes, "las velas de la tarta", según Pau, algunos por concluir: la nueva sede de la UGT en Barcelona (2008), Torre Blanca, un edificio de 19 plantas en la plaza de Europa de L'Hospitalet de Llobregat (2010), la Casa de los Xuklis, una residencia y centro asistencial para familias con niños en tratamiento oncológico, en Barcelona (2010), el Tecnocampus de Mataró (2011), la nueva sede del grupo editorial RBA en Poblenou, Barcelona (2011), y la Nueva Estación Central y recalificación urbana de la ciudad italiana de Parma.
Pero la guinda de la exposición es el Centro de Diseño de Barcelona (Dhub) y la urbanización de su entorno que MBM está acabando de construir (con un presupuesto de 67 millones de euros) por encargo del Ayuntamiento de Barcelona en la siempre en remodelación plaza de las Glòries. Con sus 30.000 metros cuadrados y su original perfil en forma de grapadora, el edificio, con paredes de zinc natural gris, es firme candidato a convertirse en un nuevo icono urbano de Barcelona. Los responsables del nuevo edificio explicaron que las obras concluirán este año y abrirá sus puertas, "como estaba previsto" en 2012. "No nos molesta, pero el edificio no es una grapadora, es más un iceberg, ya que de todo el edificio solo aflora a la superficie una octava parte del total, el resto está bajo tierra. Cuando abra será la puerta del 22@ y unirá dos barrios", matizó Gual delante de una enorme maqueta del futuro museo.
Junto a los planos, fotografías y maquetas, en una sala anexa, se exponen 25 fotografías de Francesc Català-Roca sobre los primeros proyectos de MBM. Por aquella época, el fotógrafo realizó una serie de retratos de arquitectos representados a través de una imagen de sus obras. En el caso de Bohigas, Català-Roca lo representó con la escalera redonda de la Mutua Metalúrgica de Seguros, "porque me recuerda una sierra mecánica o una rueda dentada". Es una buena imagen de este arquitecto siempre incisivo con sus opiniones sobre la actualidad cultural y política.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.