Del Rivero desafía a Brufau al negarse a dimitir como consejero de Repsol

Luis del Rivero puede perder batallas, pero las guerras las pelea a fondo. Lo demostró ayer, en la reunión del consejo de Repsol, donde si algo se esperaba, era su dimisión como consejero y vicepresidente de la petrolera. Era un gesto aparentemente lógico para quien ha perdido el apoyo de sus socios en Sacyr Vallehermoso y ha sido descabalgado de la presidencia del grupo por su alianza con el grupo mexicano Pemex. Antes de la reunión, Sacyr hizo llegar un escrito a Repsol en el que informaba de que Del Rivero "carece de cualquier tipo de poderes o facultades para actuar" en su nombre.

Pero el empresario murciano demostró que está dispuesto a pelear. Se presentó donde no se le esperaba. Y plantó cara. El presidente de Repsol, Antonio Brufau, armado con la solicitud previa de la nueva cúpula de Sacyr Vallehermoso para que Del Rivero dejara de representarle, solicitó su dimisión. Del Rivero se negó. Su puesto de consejero, ratificado en junta general, no está vinculado a Sacyr y así lo hizo saber. Ante el plante, que impidió la sustitución del expresidente de Sacyr por el nuevo presidente, Manuel Manrique, Brufau, apoyado por la mayoría del consejo, hizo lo único que podía hacer: si no el uniforme, los galones.

Pemex acoge los cambios con agrado, aseguran fuentes del grupo mexicano

Invocando el artículo 16 del reglamento, que obliga a los consejeros dominicales a poner su cargo a disposición del consejo y, si este lo considera conveniente, a formalizar su dimisión cuando desaparezcan las razones por las que fueron nombrados, el consejo destituyó a Del Rivero como vicepresidente primero del grupo y vocal de la comisión ejecutiva. Su sustituto será Juan Abelló, que junto con Demetrio Carceller dio la batalla a Del Rivero en el consejo de Sacyr.

La tensión en torno a Del Rivero obró como válvula de escape de la pugna que se registra a tres bandas: en el seno de Sacyr; entre la nueva cúpula del grupo constructor y Pemex, atados por el pacto de sindicación de acciones que Del Rivero firmó en agosto por 10 años y entre la dirección de Repsol y Pemex. Porque al término de la reunión, las versiones fueron versallescas. Fuentes del grupo mexicano destacaron la normalidad del consejo, en el que pudieron votar sin problemas. Más aún, las mismas fuentes destacaron el agrado con el que han acogido el nombramiento de Abelló como vicepresidente de Repsol. Pemex es, de esta forma, consecuente con la idea que ha defendido su director general, Juan José Suárez Coppel tanto en España como en México: el pacto con Sacyr para sindicar acciones y controlar un 29,8% de la petrolera sigue vivo pese a la salida de Del Rivero. Y desde este punto de vista, el nuevo vicepresidente de Repsol es alguien con el que tiene un compromiso insoslayable y favorable a sus intereses.

Pemex aprovechó la reunión para designar como consejero en Repsol a José Manuel Carrera Panizzo en lugar de Suárez Coppel. Este ha tenido una intensa semana de encuentros y conversaciones para limar asperezas y reconducir el enfrentamiento con Brufau, apoyado por el segundo accionista de la compañía, Caixabank (12,8%).

Fuentes al tanto de los contactos que ha mantenido Suárez Coppel en los últimos días señalaban ayer su convencimiento de que "todo acabará bien". Es decir, que Sacyr y Pemex encontrarán la fórmula de aflojar lo que Del Rivero ató con Pemex con nudo marinero. La idea es encontrar salidas que no dejen heridos en la cuneta. Tendrá que haber concesiones, señalan. Por todas las partes. Para Sacyr, en concreto será fundamental aclarar qué pasos son posibles dar para refinanciar los 4.900 millones de euros del crédito que vence en diciembre y si esos pasos incluyen la venta de parte del paquete del 20% de Repsol que adquirió en 2006. Lo que parece claro es que ningún protagonista piensa en derrotas. Ni propias ni ajenas.