_
_
_
_
Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Paisaje tras la batalla

La imagen de Angelina Jolie en una página arrancada de una revista del corazón, colocada sobre los estantes de una peluquería, puntúa uno de los momentos de Ori, primer largometraje de Miguel Ángel Jiménez y una de las sorpresas más inesperadas en esa carrera de fondo por un relevo generacional que está desarrollando cierto cine español. Un cine ajeno a moldes y formas de representación institucionales que cada vez, por fortuna, es menos invisible. En otra secuencia, un taxista georgiano reproduce un diálogo de El precio del poder: la retórica del triunfo de Tony Montana adquiere resonancias desesperadas sobre el telón de fondo del paisaje después de la batalla. Apropiándose de esos dos iconos, el cineasta establece una distancia infranqueable entre sus personajes -habitantes en las zonas de mayor desamparo en la globalización del malestar- y las imágenes y los discursos que jamás podrán emular.

ORI

Dirección: Miguel Ángel Jiménez.

Intérpretes: Kathuna Shurghaia, Bega Qavtaradze, Giorgi Goguadze, Tazo Terunashvili.

Género: drama. España, 2009.

Duración: 85 minutos.

Ori es una película de ficción con una génesis peculiar: Miguel Ángel Jiménez y su guionista Luis Moya tenían el proyecto original de realizar un documental sobre la guerra de Osetia del Sur con el título de Náufragos del imperio, en el que, entre otras cosas, esperaban recoger la versión del conflicto del Ejército ruso. Diversas dificultades obligaron al equipo a tener que cambiar de estrategia sobre el terreno: en tan solo dos jornadas de trabajo, Jiménez y Moya escribieron un guion que les permitía integrar su investigación previa para ese documental ya imposible en un relato de ficción que reflejara, en buena medida, la devastación moral de los georgianos tras el conflicto. El resultado trasciende tan accidentada historia con una puesta en escena virtuosa, en la que Jiménez muestra una precoz precisión a la hora de colocar su cámara y componer planos que, casi siempre, transmiten más de lo que, en apariencia, cuentan.

Dos historias se alternan en el tejido narrativo de Ori: la de una joven pareja embarcada en los preparativos de boda sin que ninguna luz ilumine sus rostros y la de un joven que se desplaza al refugio rural de su tío después de que los rusos quemaran su casa. Hay un momento puntual en que uno de los personajes se pone algo sentencioso ante un mural conmemorativo de la amistad entre Georgia y Rusia y, en alguna ocasión, Jiménez fuerza el tono desolador al retratar a sus personajes, pero Ori no es solo la promesa de un talento en construcción: es una película madura, de poderosa identidad estilística.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_