Gallardón incumple su promesa de que toda la flota municipal sea verde

El Ayuntamiento de Madrid anunció en 2005 que primaría los criterios medioambientales en la adquisición de vehículos. Tres años después, en febrero de 2008, el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, fue más allá al comprometerse en tono solemne a que toda la flota municipal funcionara con combustibles limpios. Y puso fecha: 2011. No fue un arranque puntual de entusiasmo: en septiembre de 2009 repitió su promesa. Cumplido el plazo, o a punto de cumplirse si hemos de esperar a final de año, la realidad es bien distinta: tan solo el 38,8% de los vehículos municipales cumple los requisitos para ser considerados verdes.

El cálculo de Gallardón pasaba porque entre 2008 y 2011 se fueran renovando todos los contratos firmados con las empresas de servicios públicos y de alquiler de coches. Hace tres años, el Ayuntamiento contaba con 1.855 vehículos que utilizaban combustibles limpios, de los que 1.266 eran autobuses de la EMT y 589 pertenecían a la Concejalía de Medio Ambiente. Pero entre ellos se contaban 882 autobuses de biodiésel. Desde entonces, los criterios medioambientales del Ayuntamiento se han endurecido, de forma que el biodiésel ya no se considera un combustible ecológico.

Botella eliminará la gratuidad de la recarga eléctrica para 2012

Tiene sentido, puesto que los motores diésel emiten menos dióxido de carbono, pero más partículas finas y más dióxido de nitrógeno, precisamente el principal problema de contaminación que sufre la ciudad.

En la actualidad, el Gobierno local considera que 1.716 de sus 4.443 vehículos son verdes, es decir, el 38,8% del total. Fuentes municipales indican que, de sumarse los vehículos de biodiésel (que sí se consideraban ecológicos cuando el alcalde hizo su anuncio), se elevaría el porcentaje significativamente. Pero aun así quedaría muy lejos del 100% prometido.

De esos 1.716 vehículos ecológicos, 997 son de gas natural comprimido (GNC); 185 híbridos (entre ellos, los coches de los miembros del Gobierno municipal, y 53 de la Policía Local); 101 eléctricos (un 20% son microbuses urbanos, y el resto se ocupan del mantenimiento de zonas verdes); 45 de bioetanol y cinco de gas licuado de petróleo (GLP). Además, hay que sumar 383 de gasolina con la consideración de clase A, es decir, de máxima eficiencia energética.

La concejal de Medio Ambiente, Ana Botella, volvió a apostar ayer por el coche eléctrico, "una alternativa muy apropiada para las ciudades, donde el 98% de los desplazamientos corresponden a trayectos inferiores a 50 kilómetros". Se trata, sin embargo, de una tecnología que no acaba de arrancar: el Ayuntamiento solo tiene censados 58 vehículos eléctricos (los que han pedido el permiso para aparcar gratuitamente en zona de estacionamiento regulado). En la capital hay 269 puntos de recarga municipales (gratis), pero la factura total por su uso que ha abonado el Ayuntamiento desde mayo de 2010 no supera los 300 euros.

Ayer, Botella aseguró que su uso seguiría estando subvencionado al 100% hasta 2012, cuando espera que la iniciativa privada haya tomado ya el relevo. Además, la concejal aseguró que el 6% de los taxis que circulan por Madrid son híbridos; dado que hay unas 16.000 licencias, eso sumaría alrededor de 960 coches.