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Un amigo de Berlusconi para la Bienal de Venecia

El titular de Cultura propone a Giulio Malgara, un experto en 'marketing'

El ministro de Cultura italiano, Giancarlo Galan (de la Liga ultraconservadora), ha nombrado a un íntimo amigo suyo y de Silvio Berlusconi para ocupar la codiciada silla de la presidencia de la Bienal de Venecia. Galan ha escogido a dedo a Giulio Malgara, un publicista de 73 años. La decisión política de Galan ha creado una gran polémica en la ciudad lacustre, donde el elegido ha sido fuertemente rechazado.

El primero en declararse en contra del nombramiento ha sido el alcalde veneciano, Giorgio Orsoni. "Estoy convencido de que Giulio Malgara es una persona inadecuada para ejercer de presidente de la Bienal de Venecia y, por lo tanto, la confirmación de su nombramiento sería un error. Se interrumpiría un proyecto muy importante que necesita ser concluido", declaró el alcalde en un comunicado. Antes de que se haga efectivo el nombramiento de Malgara, Galan deberá escuchar la opinión de las comisiones de Cultura en la Cámara y el Senado, un trámite previsto para antes de diciembre. Mientras tanto, el actual presidente de la Bienal, Paolo Baratta, no ha recibido ninguna confirmación de continuidad, pese a las buenas críticas recibidas tras la reciente Mostra de Cine y la exposición de arte.

El ministro ve más importante elegir patrocinios que saber de pintura

Giulio Malgara es diputado veneciano del Pdl, el partido "del amor" de Berlusconi. Ambos se conocen desde hace años y son muchas las deudas que Il Cavaliere tiene con el publicista. Malgara es el creador de Auditel, el sistema que permite conocer las audiencias de los programas televisivos. Hace 10 años el primer ministro italiano intentó nombrarlo presidente de la RAI, pero fracasó en el intento.

El candidato de Galan es experto en publicidad y marketing, pero su cultura es modesta. Incluso el ministro admite este punto débil ante la crítica, pero, aun así, ha prometido seguir apoyando hasta el final a su polémica propuesta. "No es necesario saber distinguir entre un carlevaris y un canaletto, para saber guiar la Bienal. Se requiere saber escoger a los patrocinadores y a un buen equipo de trabajo. Exijo respeto para la figura de Giulio Malgara, uno de los mejores exponentes de la comunicación italiana", dijo el ministro, quien ostentó hasta 2007 el cargo de gobernador de la región Véneta.

En una entrevista, publicada en el Corriere del Véneto, el ministro Galan anticipó lo que a su juicio debe ser la Bienal de Venecia: más cercana a la publicidad y el espectáculo que al mundo del arte. "Malgara es perfecto. Conoce muchos aspectos que se deben poner en práctica en la Bienal: el patrocinio y el espectáculo. Después de todo es milanés-veneciano, tiene una casa a pocos kilómetros de la mía. No podría ser mejor", decía Galan. En la entrevista el ministro, además, hacía gala de su amistad con el candidato. "¿Ha contado el hecho de que sea su amigo?", le interpela el periodista. "Claro. La relación personal ha contado", contesta el ministro.

La selección de Galan ha sido recibida como un cubo de agua fría entre todos los sectores políticos. "El nombramiento de Malgara es fruto de una decisión unilateral, que no respeta el fin natural de la presidencia de Baratta. Detrás de todo no hay ningún criterio de mérito. A pesar de los recortes presupuestarios de los últimos años, la Bienal de Baratta ha recuperado el prestigioso rol internacional que en parte había perdido. Durante su presidencia, la Bienal de Arte y la de Arquitectura lograron autofinanciarse", comentaba Andrea Martella, diputado del Partido Democrático.

"Las intenciones de Galan no son nada sorprendentes", declaraba el exalcade Massimo Cacciari, impulsor y defensor de Baratta. "Hace años que Galan intentaba imponer a Malgara. Veo tanta hipocresía detrás de todo esto. Mientras los nombramientos culturales permanezcan en manos del lobby político, el sistema seguirá marchitándose cada vez más", zanjaba el filósofo Cacciari.

Vista del pabellón italiano en la presente edición de la Bienal de Venecia.
Vista del pabellón italiano en la presente edición de la Bienal de Venecia.MARCO SECCHI (GETTY IMAGES)

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